Gabo y las FARC
Todos le quieren mucho a Gabo. Pero quieren más el dinero, lo material, que se pega al riñón.
No sé si es verdad que nadie es profeta en su tierra. Lo cierto es que la subasta de su archivo, se queda en Austin, Texas.
Ningún representante del gobierno colombiano, estuvo en la subasta. Deben estar más preocupados con esas conversaciones de paz, una paz de pacotilla, que ya duran dos años, y que sirven para que la guerrilla de las FARC se robustezca en la selva.
La verdad es que La Habana no es un mal sitio para que unos y otros, los jefes de los guerrilleros terroristas y los del gobierno, gasten su vida, plácidamente.
No hay avance en las conversaciones. ¿Qué falta les hace? Ahora secuestramos a un general, mañana ya veremos. Además, parece que así va el cuento, no se me inquieten porque nos podríamos indignar, dicen los guerrilleros colombianos, asentados en La Habana.
Dentro de unos días, se suspenderán las conversaciones debido a las fiestas navideñas. Los tipos son muy cuidadosos del fervor popular y, por qué no, después de su arduo trabajo, bien merecen una vacaciones.
Todos podrán visitar a sus familias en estas fechas tan señaladas. O, quién sabe, tal vez se traigan a sus "parejas" ---no creo que esta gente tengan familia--- a Cuba, con el fin de aliviar su destierro de la natal Colombia.
Como canta Feliciano en estos días que vienen: ¡Feliz Navidad!
No sé si es verdad que nadie es profeta en su tierra. Lo cierto es que la subasta de su archivo, se queda en Austin, Texas.
Ningún representante del gobierno colombiano, estuvo en la subasta. Deben estar más preocupados con esas conversaciones de paz, una paz de pacotilla, que ya duran dos años, y que sirven para que la guerrilla de las FARC se robustezca en la selva.
La verdad es que La Habana no es un mal sitio para que unos y otros, los jefes de los guerrilleros terroristas y los del gobierno, gasten su vida, plácidamente.
No hay avance en las conversaciones. ¿Qué falta les hace? Ahora secuestramos a un general, mañana ya veremos. Además, parece que así va el cuento, no se me inquieten porque nos podríamos indignar, dicen los guerrilleros colombianos, asentados en La Habana.
Dentro de unos días, se suspenderán las conversaciones debido a las fiestas navideñas. Los tipos son muy cuidadosos del fervor popular y, por qué no, después de su arduo trabajo, bien merecen una vacaciones.
Todos podrán visitar a sus familias en estas fechas tan señaladas. O, quién sabe, tal vez se traigan a sus "parejas" ---no creo que esta gente tengan familia--- a Cuba, con el fin de aliviar su destierro de la natal Colombia.
Como canta Feliciano en estos días que vienen: ¡Feliz Navidad!
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