Día de acción de gracias

Uno puede pensar que todos los días son dignos de dar gracias, por mal que nos vaya.

Pero los estadounidenses, tan prácticos como suelen ser en casi todas las cosas, reservan el jueves último de noviembre, para reunirse en familia, comerse un buen pavo y dar gracias a Dios por todos los beneficios recibidos durante el pasado año.

Esta celebración, abrumadamente familiar, desbanca a la celebración por excelencia  de la Navidad. En estos días previos al jueves,  los desplazamientos a lo largo y ancho del país suman 47 millones, que suponen la tasa más alta  del año.

El día de acción de gracias nace de una tradición, verdaderamente hermosa. Los primeros emigrantes llegados a las costas alrededor de  Boston en el siglo XVII, en 1621, provenientes en su mayoría de los Países Bajos, se encontraron con unos indígenas hospitalarios. Con ellos cocinaron algunos pavos silvestres cazados en la zona, que, aderezados con el maíz de esas tierras, formaron su primera comida decente en el nuevo ---para los recién llegados peregrinos--- continente. Y dieron gracias por ello.

Cada año, el presidente del país perdona la vida a un pavo que, en teoría, se debería haber sacrificado para estas fiestas. Y se convierte en noticia, justo antes de que se inaugure la temporada navideña  con el encendido oficial de la iluminación de un pino gigantesco de la Casa Blanca.

Así se ha creado la fiesta del día de acción de gracias. Esta fiesta ha desbancado a todas las demás. Pero culmina ---también muy americano--- esta celebración con el llamado black Friday, es decir, viernes negro, el día siguiente al jueves de gracias.

Es ese viernes se registra el número mayor de ventas de todo el año. La demanda es tal, que, al día de compras se ha abierto camino hasta el mismo jueves a la noche. Sin apenas haberse comido el pavo, los estadounidenses se lanzan a la calle para hacer colas en los grandes almacenes, y ser los primeros en disfrutar de las "grandes rebajas" ofrecidas en todos los artículos expuestos.

Las rebajas son de verdad. A nadie se le ocurriría manipular los precios para atraer  a los clientes, de forma engañosa. Los regalos de las próximas fiestas navideñas se compran así con un mes de antelación.

Así,  la próxima fiesta de Navidad irrumpe con fuerza en la vida estadounidense a partir de este día de "acción de gracias".

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