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Mostrando entradas de noviembre, 2020

El hombre en busca del "sentido" del Adviento y de la Navidad

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¡Ya viene! Estamos acabando el año litúrgico. Se trata del ciclo iniciado con la preparación de la venida del Salvador, el Mesías, concluido con la fiesta solemne de Cristo Rey. Es decir, el A dviento , el tiempo donde se prepara la Navidad , el nacimiento de Jesús en Belén, a quien, al final de los tiempos, veremos venir como Rey de todo lo creado. Dicho de otra manera: Dios se hace hombre para salvar al hombre y devolverle su lugar en la creación, como "hijo de Dios" en su hijo Jesucristo, pues como Padre amoroso,  envió al mundo a su Hijo único para rescatarnos del pecado y de la muerte. Por eso, el pueblo cristiano se viste de fiesta cuando concluye el recorrido del ciclo de liturgias con todo el esplendor posible: con la celebración del "Rey de reyes" en el último domingo del año. Tras un breve tiempo de preparación en el mes de diciembre, se va alegrando otra vez con la cercanía de la esperanza , al comprobar la proximidad de su nacimiento: la gran fiesta de l

No hay "entropía" absoluta porque hay perdón: no todo está perdido

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Alto del Perdón, Navarra. Como si fuera una piel de oveja vieja, podemos quitarnos de encima a finales de año, esas memorias de tantos sucesos inesperados a raíz de la pandemia, de las contrariedades o de todo aquello pendiente de resolver, pero que, debido a las circunstancias,  no acabamos de ver la salida todavía.   El hombre, la persona, no está arrinconado     por su pasado, como ocurre en los sistemas físicos. La ley segunda de la termodinámica, predice la extinción del universo debido a su pasado, que continúa royendo, socavando su orden, incapaz de mantener su sistema bajo el paradigma de un equilibrio eterno. En el caso del hombre, éste encuentra en la religión , la posibilidad de exonerar la culpa mediante el perdón . Judas siente que su pecado no tiene remedio, no porque había entregado al "hijo de Dios" y por tanto no se considera digno de pertenecer más al grupo de los apóstoles. No es malo: su maldad lo ciega y lo aparta del bien . El considerar lo negativo de s

Descifrando el mundo para saber la pregunta del Juicio final

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Érase una vez...  El último día, el día del Juicio universal, según Benedicto XVI, nos preguntarán "si hemos utilizado cuanto Dios ha puesto a nuestra disposición para satisfacer las legítimas expectativas y las necesidades de nuestros hermanos, especialmente los más pequeños y más necesitados" (31.V.2018). Según parece, al mundo no le preocupa mucho, a pesar de los pesares, las preguntas que se ven muy lejos en el tiempo, ocupados como están en lo inmediato. Mientras, las noticias siguen siendo negativas, como su naturaleza parece exigir, y se alimentan de las acequias inmundas donde luchan las alimañas. De una parte, los periodistas exhiben a los políticos; por otra,  éstos tildan de carroñeros a aquéllos.  Es fascinante cómo las personas casi olvidan  serlo, cuando corren detrás de un popular proponente de  la moda, o del influencer en boga. Si alguien no alcanza a tener seguidores, se suele adocenar con otros para figurar por lo menos entre quienes visten, hablan y se mue

¿Se puede pasar de la muerte a la vida?

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Jesús "resucitado" entre Caifás y su acompañante, camino de Emaús. Érase una vez... Sólo se muere cuando a cada quien le toca. Es el caso de un amigo, de 54 años. Le dio ayer un derrame cerebral, y ya casi se iba. Pero no. Después de una noche gris, los médicos decidieron operarle, y en esas anda, entre la vida y la muerte. Por lo menos así se dice cuando una persona da todavía señales de vida, pero no responde a otras pruebas relativas al habla y al pensamiento. Se quiere a toda costa establecer un puente entre los resultados de una y otra prueba, pero no es fácil ejercer de pontonero  en situaciones críticas, cuando la evidencia no alcanza a dar soporte a la unión pretendida. Por ejemplo, creer que el alma puede sufrir, separada del cuerpo, después de la muerte, es una noción que los filósofos no está n muy de acuerdo, pues la razón no "ve" claro cómo puede ser ese el caso, debido a  la unidad de cuerpo y alma durante la vida terrena, excepto que den con la noción

El último momento de la vida

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El buen ladrón. Érase una vez... Prácticamente todas las luces del entorno se van entibiando. Se ven figuras humanas borrosas en torno al lecho. Se barrunta el final. Alguno de los asistentes no puede contener las lágrimas. Llegado este momento, algunas congregaciones religiosas suelen entonar el Salve Regina , unidos todos en procesión. Pero la mayoría de los mortales, suelen observar con fijeza los últimos momentos de la vida del pariente o del amigo. Aún no es el fin, pero... En algunos casos, lo que parecía el "último momento" se alarga más de la cuenta. Y pasan las horas en la presencia de una agonía, palabra derivada del griego que significa "lucha", "angustia". La separación del alma del cuerpo no es a veces cosa fácil. Conviene estar cerca de la persona agonizante, con un sacerdote si fuera posible, para darle la absolución cuantas veces sea necesaria, pues no sabemos cual es la última treta del diablo, siempre dispuesto a robar un alma induciéndol

La derrota de los grandes...suele venir de ellos mismos

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Érase una vez... La historia de Goliat no cesa de repetirse. Ayer era el caso de un gigantesco filisteo; hoy, se cae uno de los hombres más poderosos de la tierra: Trump.  Este gigante de la economía y de la política no se ha caído por su mala gestión; más bien, la piedra afilada que le hiere la frente y cae, está hecha de faltas de respeto a los demás y su arrogancia sin límite s. Decía bien cuando alardeaba de no pertenecer a la clase política. Carecía del más mínimo tacto a la hora de tratar a los demás. Se convirtió en un payaso popular, y los asistentes al circo le han cobrado la factura. En este caso no ha hecho falta un David provisto de una honda y unas cuantas piedras afiladas. Su contrincante en la lucha por la presidencia de Estados Unidos, si bien alto, no da la talla del David judío de hace tres mil años. La escena de la caída de Trump se parece más a la del sueño de Nabucodonosor. Una pequeña piedra rodando desde lo alto del monte, golpea los pies de barro de la estatua d

Algunas especies no duermen; sólo algunos humanos pasan su vida durmiendo

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Érase una vez... El sueño. No se está de acuerdo sobre si todas las especies de la tierra duermen. Parece ser que sí, que los caballos duermen, pero muy poco, y generalmente, de pie. Los tiburones, sin embargo, no  duermen y, si lo hacen, guardan los ojos bien abiertos; descansan mentalmente en algunos lugares escogidos, pero se pasan la vida navegando. Sólo el hombre duerme; a veces, más de la cuenta, si bien algunos apenas concilian el sueño, por voluntad o por insomnio. El primer sueño del hombre aparece en las primeras páginas de la Biblia. Dios induce un profundo sueño en Adán para  formar de sus costillas la primera mujer. Ella, Eva, "madre de los vivientes", era una criatura excepcional. No en vano había sido formada de lo más íntimo del hombre. Adán, al verla, exclama: "Esto si es carne de mi carne". En su relativa soledad, bautizando a los animales y las plantas, se encuentra después de su letargo, con una creatura semejante a él. Se dice que nuestros prime

La gesta de san Carlos de Borromeo: ejemplo para los obispos de hoy

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Antiguo Seminario Conciliar de San Carlos en la ciudad de Zaragoza, donde estudió san Josemaría. Nacer en un castillo, a orillas del lago Mayor, en el extremo norte de Italia, colindando con la frontera de  Suiza, ser sobrino de un Papa,  parecen extractos de un cuento de hadas. Pero no, se trata de la vida de un hombre, que, nacido en cuna de plumas, supo cambiar el curso de la historia de su tiempo, difícil, construyendo caminos de formación y de santidad duraderos. Por ejemplo, los seminarios diocesanos, en unos días de confusión doctrinal (las corrientes luteranas y los seguidores de Zwinglio) y de relajación moral, muchos de los sacerdotes se dedicaban a la buena vida y los fieles se perdían en un mar de opiniones sobre la fe y las costumbres religiosas. Por eso, el Concilio de Trento, presidido por su tío, el papa Pío IV, y concluido con bien gracias a la colaboración y seguimiento de Carlos de Borromeo, fue un parteaguas en la historia de la Iglesia, un tiempo nuevo después del