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Mostrando entradas de septiembre, 2021

Historia sobre San Miguel in Excelsis en la sierra de Aralar, Navarra.

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Efigie de San Miguel de Aralar. La sierra de Aralar se encuentra a una veintena de kilómetros de Pamplona. Tiene una larga historia, desarrollada por la tradición desde el siglo VIII,  a partir de la aparición del Arcángel San Miguel a Teodosio de Goñi. Para empezar, el nombre Miguel (Mi-ka-el) significa, "¿Quién como Dios?", una referencia que se remonta a ese momento cuando una parte de los ángeles creados se rebela para intentar ser como dios, y la voz de un arcángel se impone para frenar ese acto de soberbia. De ahí el nombre. Santuario de San Miguel in Excelsis en la serranía de Aralar, Navarra. Pero el relato de los montes navarros viene al regreso de Teodosio de una de las  confrontaciones frecuentes con los moros de la península ibérica. Al llegar a su castillo, donde había quedado la esposa Constanza de Butrón al cuidado de sus padres, encuentra su lecho conyugal ocupado, por dos personas, tal como una visón diabólica le había advertido. Herido en lo más profundo por

La historia de los judíos

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No se puede pasar de largo la "historia del pueblo judío". Acabo de leer su discurrir por este mundo, escrito por Paul Johnson, un británico de Manchester, donde en 587 páginas, va desarrollando los detalles de su accidentado paso por la vida. La historia comienza con Abraham y termina con el asentamiento de este pueblo en las tierras de Palestina.  Los vaivenes de su devenir junto a la creencia, más o menos asentada según la época, de ser un pueblo mesiánico, elegido por Dios, disuelto por  avatares de la convivencia entre ellos mismos y con los pueblos donde han vivido, se extienden por la geografía del mundo, creyendo, unos más otros menos,  tener una cierta misión que cumplir. Viven a su manera, aunque entre ellos no están de acuerdo sobre cuál es el modo correcto de encauzar sus energías. Han destacado y destacan por su inteligencia práctica para adaptarse a las circunstancias donde eligen o les toca pasar sus días, pues    convierten  las barreras halladas en las difere

Por qué el hombre puede pecar

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Es difícil conocer los planes de Dios, y tratar de agotar los caminos de su relación con el hombre. Pero podemos intentar aproximarnos a una respuesta, sin pretender dar definitivamente en el clavo. Podemos comenzar pariendo de lo que sí sabemos, aunque no lo comprendamos del todo. Dios es amor , nos dice Juan, el apóstol preferido. Entonces, podemos tratar de explicar el "pecado" por un querer divino, es decir, por amor . Enseguida surge la pregunta, con razón: ¿cómo Dios puede haber querido el pecado? Hay pistas. Jesús dijo él mismo: Yo he venido a buscar a los pecadores. Era como su objetivo, y se va encontrando con ellos por doquier; el los caminos, al pie de un árbol con Zaqueo, con el paralítico de más de 30 años sin poder moverse, con la Samaritana...La lista no se acaba. El ángel Gabriel le dice a María: "para Dios no hay imposibles", luego pudo haber evitado el "pecado" de nuestros primeros Padres, y no lo hizo. Luego, lo quiso de alguna manera. ¿

Cuando una persona pierde la fe, se acaba el amor

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El encabezado de esta nota nace de la inquietud por el auge  del   desamor  en tantos  ámbitos de la vida. El matrimonio, por ejemplo, base de la sociedad, se ha dejado a un lado porque  las relaciones entre hombre y mujer, sin compromiso alguno, ocupan un lugar privilegiado en las mentes del hombre contemporáneo. Al matrimonio  se le ha abierto una gran fisura al desplazar su  fin, los hijos, y quedarse  mediante la anticoncepción, en el mero placer sexual, unitivo pero no procreativo. Por tanto, no se requiere  del matrimonio para disfrutar de una relación y se evita así el problema de sacar adelante una familia y de educar a los hijos. Si dijéramos que el mundo ha perdido la fe , surgiría en seguida la pregunta:  ¿Acaso se relacionan la fe y el amor? ¿Por qué al perder aquélla se deteriora   éste? Josef Pieper, uno de los más destacados  filósofos del siglo XX, viene a decirnos que e l amor genuino nace de la fe en las promesas de amor de Dios.  El cristiano es el hombre que mediant

¿Debemos decir "fin del mundo" o " fin de los tiempos?

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El Juicio Final (1499-1504), fresco de la Capilla de san Bricio de la Catedral de Orvieto, Luca Signorelli (1441-1523). En primer lugar, han proliferado las opiniones sobre las diferencias entre "fin del mundo"  y "fin de los tiempos". ¿Tiene sentido abundar en estos debates, a veces muy controvertidos? ¿Qué diferencia hay, si alguna, entre "fin del mundo" y "fin de los tiempos? Sabemos, para empezar, que Dios es el "Fin" del universo y su  "Principio", pues no tiene ni principio ni fin. Tal es su grandeza, tal nuestra dependencia de Él. Pero aunque esta apreciación puede arrojar alguna luz sobre el tema, no es el centro de la controversia entre "fin del mundo" y " fin de los tiempos". Estas expresiones, si se nos permite entrar en la controversia con un sucinto análisis, cada una a su manera, ponen el énfasis en dos dimensiones materiales distintas: nos parece que la expresión "fin del mundo" atiende

Volver a empezar...cada mañana, mientras haya tiempo

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Cada mañana ocurre lo mismo. Se duda de si el día necesitará de nosotros, si podremos ser útiles en algo de valía. Son los cuernos de la "pereza", amenazando antes de salir el sol. Si no estamos convencidos de la valía de lo pequeño, el amanecer se puede oscurecer con las sombras de lo grande, un fantasma de helio, sin consistencia alguna. Pensar en esos momentos es el preludio de una traición a nosotros mismos duradera a lo largo del día. El despertar es en sí mismo un triunfo digno de agradecer antes de dar permiso a los nubarrones de infinitas posibilidades cuya realidad no es. El agradecimiento debe fundirse con el abrir de ojos, donde nace la disposición de emprender para dar al mundo, a uno mismo, esa aportación mínima, pero real, de una contribución al bienestar propio y ajeno. No es el tiempo para dárselo al pensamiento, sino a la acción, sin perder siquiera un segundo, sin dialogar con la meliflua voz del engaño. La entrega es la mejor de las apuestas del hombre, aun

La mentira como medio de comunicación facilita el aborto anual de 73 millones

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Estamos llegando a un momento especial: las gentes han llegado a optar por lo banal y falso, en vez de buscar lo esencial e importante para sus vidas. Se conforman con el entretenimiento para pasar el rato. La  realidad se ha vuelto insignificante. Y son pocos los que escuchan a quienes conviven cerca de ellos. Dadas así las cosas, distinguir entre justicia y bondad es una finura fuera de la consideración de muchos. Especialmente, cuando vemos a los encargados de la justicia, en el tribunal supremo de un país, con racionamientos fuera de lugar, darle vueltas y revueltas al llamar persona a la presencia de un embrión desde el primer momento de la concepción. Porque si no es así, en qué momento y por qué se convierte en persona lo que no lo era. Pero, los cientificos saben que desde el momento de la concepción, hay vida humana en su estado inicial. Claro, las reticencias tienen su razón de ser: así se permite ganar un tiempo y abortar a quienes han concebido, queriendo o si querer. Si n

La historia de los judíos de Paul Johnson: se olvidó del "amor"

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Paul Johnson es un buen periodista británico, con incursiones en historia. Una de sus obras es precisamente La historia de los judíos  (587 pp.). El autor hace acopio de minuciosos datos sobre la vida y costumbres judías, y debido a su conocimiento del narrar periodístico consigue la atención del lector en cada una de las siete secciones del libro.  Arnaldo Momigliano (1908-1987), italiano de origen judío, es quizá uno de los mejores historiadores del siglo XX, especialmente en lo referido a la historia antigua. Cuando se encara con la obra de Johnson, pocos meses antes de su muerte, echa de menos dos cosas: la falta de profundidad en la historia antigua del pueblo judío, donde él es especialista, y, viene a decirle que no es un hombre experto en historia, pues su oficio es otro. Sin entrar en esa discusión, la impresión de un profano como es mi caso, diríamos que al leer la obra de Johnson, se sale bastante bien informado de la historia del pueblo judío al que mira son simpatía, pero