La mentira como medio de comunicación facilita el aborto anual de 73 millones


Estamos llegando a un momento especial: las gentes han llegado a optar por lo banal y falso, en vez de buscar lo esencial e importante para sus vidas. Se conforman con el entretenimiento para pasar el rato. La realidad se ha vuelto insignificante. Y son pocos los que escuchan a quienes conviven cerca de ellos.

Dadas así las cosas, distinguir entre justicia y bondad es una finura fuera de la consideración de muchos. Especialmente, cuando vemos a los encargados de la justicia, en el tribunal supremo de un país, con racionamientos fuera de lugar, darle vueltas y revueltas al llamar persona a la presencia de un embrión desde el primer momento de la concepción. Porque si no es así, en qué momento y por qué se convierte en persona lo que no lo era. Pero, los cientificos saben que desde el momento de la concepción, hay vida humana en su estado inicial.

Claro, las reticencias tienen su razón de ser: así se permite ganar un tiempo y abortar a quienes han concebido, queriendo o si querer. Si no se parte de lo esencial, la presencia de un "ser vivo" desde la fecundación adaptándose poco poco a la morfología de su especie, en este caso, humana, se ignora.

Después de este primer paso esencial, conocer lo que verdaderamente algo es, en este caso, un ser humano, se le debería dar un tratamiento como a tal, tanto en lo referente a sus necesidades de recién concebido, como a su estatus legal de persona, lejos de actuar, culpablemente, como si se tratara de una cosa indiferente, indefinida. Sin embargo, ese ser está perfectamente definido aunque no completamente acabado, como ocurre con toda persona, siempre en proceso.

Da pena ver y escuchar a magistrados, con su disfraz negro protocolario, con rostros serios, adustos, pavonearse como si fueran, por fin, los liberadores de la condición humana, de la mujer especialmente. Ellos conocen sin duda alguna la gravedad del proceso emprendido, que, comenzando por la "despenalización" del aborto, concluirá con su completa "legalización", tal como ahora se está dando en México. 

De esta manera, se contribuirá a incrementar los 73 millones de abortos anuales en todo el mundo. Esta cifra, crece cada vez más, al aumentar las facilidades concedidas por la "justicia". Todo se hace más fácil, más silencioso, más llevadero. 

Es difícil imaginar la paciencia y la bondad De Dios ante esta plaga de destrucción de la vida. Pero hay bondad. En cierta ocasión, el demonio levantó una fuerte protesta ante santa Faustina Kowalska para que hablara de la "justicia" de Dios y no se mencionara su bondad

Esperemos que a cada uno no se nos dé lo que corresponde a nuestros desvaríos y crímenes, según la "justicia", y seamos tratados según su bondad. De esta manera, quienes se  dicen católicos, apostólicos y romanos, como el presidente de Estados Unidos Biden y persisten en proporcionar facilidades para el "aborto", tengan un dîa del favor de la misericordia. Y también para quienes no sabemos oponer una resistencia eficaz a estos crímenes. 

 














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