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Mostrando entradas de octubre, 2014

La memoria

Creo que en los tiempos de Platón no existía el alzhéimer . De lo contrario, Platón nunca hubiera cifrado   en la memoria toda su esperanza. Conocer era volver a recordar aquello que un día, venido de las ideas, se grabó en la memoria. Educar, por tanto, era ejercitar la memoria, algo que algunos maestros y alumnos han descuidado hoy. La palabra escrita suponía para Platón un recurso mecánico suicida en contra de la memoria. Al recurrir al texto, la memoria no se ejercitaba   en recordar. Pero, si todo lo sabido del mundo se encerrara en una memoria, su deterioro supondría el fin del conocimiento. Algo estremecedor.  No andaba lejos Platón de la actualidad. Un gran ordenador lo es en función de una supermemoria. Todo queda ahí almacenado. Los estudiantes de hoy apenas memorizan porque todo está por ahí, guardado en la memoria de alguna computadora. Consecuentemente,   cuando la computadora falla,  se viene abajo el sistema digital y lo que en él se guarda. Por eso se

¿Gracias a la vida?

Decir “gracias a la vida” puede ser una manera de quitarse a Dios de en medio. La cantante Violeta Parra, chilena, autora de esta canción popular, cifraba en la vida   el agradecimiento por todo lo que había recibido. Hasta que la vida no dio más de sí, y Violeta Parra salió de ella por la puerta del suicidio. Cuando se quita a Dios de en medio, nos sumimos en la nada de la infelicidad. La naturaleza tiene en su fin la causa final. Ella, la naturaleza, no se ha diseñado a sí misma como es. Tampoco los años de evolución la han transformado esencialmente porque su causa final ya aleteaba desde el principio, y permanece en los cambios. Gracias a Dios, porque me ha dado, nos ha dado, tanto. Tanto para conocer, tanto para honrar, tanto para agradecer por los bienes recibidos. Es decir, la vida tiene un sentido, con independencia de que lo queramos reconocer. Su sentido radica en quien nos ha dado el ser. Una persona buena que nos ha querido. Gracias a Dios… por habe

Nada

Hoy no voy a publicar nada. El tiempo invertido en una serie de pendientes, se ha terminado en este día. No veo indicios de que la palabra pueda ser sustituida por ninguna otra cosa. La palabra se refiere a las cosas que significa, y no a los conceptos que se forman al contemplar las cosas. Por eso las palabras tienen sentido, porque se refieren a la realidad. Bueno, otro día iremos más lejos con estas consideraciones. De momento, nada, como el título de Carmen Laforet. Hasta mañana.

¿Se acaba el tiempo?

El fin de los tiempos está cerca. Algunos lo dicen…desde hace dos mil años. En el Apocalipsis de Juan, en los últimos párrafos, el ya anciano “hijo del trueno”   en su juventud, transmite lo que ha recibido al concluir el siglo primero: “No pongas en lenguaje cifrado los mensajes proféticos de este libro, porque el tiempo está cerca”. Es decir, habla claro, sin doblez. Y añade, insistiendo en la cercanía de su venida: “Voy a llegar pronto, y llevo conmigo el salario para dar a cada uno conforme a su trabajo”. “Sí, estoy a punto de llegar”. La puertas de la ciudad están a punto de cerrarse para los “depravados (perros, en otras traducciones), hechiceros, lujuriosos, asesinos, idólatras y mentirosos. Parece la definición de algunos políticos y financieros de postín. Si lees estas líneas, todavía estás en el tiempo y podrás “lavar tus ropas” para tener acceso al “árbol de la vida”. Ante estos mensajes “apocalípticos” de verdad, sólo caben dos posturas: que todo se trata

¿Gracias a la vida?

Decir “gracias a la vida” puede ser una manera de quitarse a Dios de en medio. La cantante Violeta Parra, chilena, autora de esta canción popular, cifraba en la vida   el agradecimiento por todo lo que había recibido. Hasta que la vida no dio más de sí, y Violeta Parra salió de ella por la puerta del suicidio. Cuando se quita a Dios de en medio, nos sumimos en la nada de la infelicidad. La naturaleza tiene en su fin la causa final. Ella, la naturaleza, no se ha diseñado a sí misma como es. Tampoco los años de evolución la han transformado esencialmente porque su causa final ya aleteaba desde el principio, y permanece en los cambios. Gracias a Dios, porque me ha dado, nos ha dado, tanto. Tanto para conocer, tanto para honrar, tanto para agradecer por los bienes recibidos. Es decir, la vida tiene un sentido, con independencia de que lo queramos reconocer. Su sentido radica en quien nos ha dado el ser. Una persona buena que nos ha querido. Gracias a Dios… por habe