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Mostrando entradas de septiembre, 2020

La capacidad de asombro y la alegría del buen vino

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William Turner (1775-1851), Londres. Si no hubiera cielo, mi vida nada valdría,  eso así, al verme tan incapaz y sin merecerlo, nace el comienzo de mi asombro , se llena de alegría el alma, dispuesta a caminarlo todo. De esta manera de ver, mi amigo se abría conmigo a las puertas de la muerte, sin remedio y sin cura de una enfermedad en el rayar de su juventud. Ese poder de asombro tiene como su "causa" la capacidad del hombre a un conocimiento del fundamento  absoluto de las cosas. En ese primer atisbo de la verdadera realidad , el corazón intuye sin dudarlo lo que le espera. Y sin más, sin explicaciones, se entrega al trabajo de recorrer ese camino , aceptando lo que viniera. De ahí la esperanza del morir, porque se alcanza la caza en  la alta vida. Ese deseo de saber, sin la intervención de la razón, vislumbra otra luz distinta al final del camino; por eso su deseo de avanzar se llena de alegría, no exenta de cansancio. Ese andar, aunque trabajoso, no se mueve por la conse

Un grito por la "vida", la maravilla de "ser"

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Mirando desde el borde del abismo. Nos movemos entre tantas bagatelas, naderías, que se pierde de vista la trascendencia, el ser . Estamos por estos lares apenas un poco de tiempo, y nos hacemos a la idea, falsa, bien por la edad o por pensar en un final sin consecuencias, de ver el paso de los días como se contempla un paisaje más o menos monótono. Como un pintor, se elige el punto de vista, pero el paisaje siempre está ahí, no importa qué tan lejos uno se vaya de donde se está normalmente. Elegir un atardecer para contemplar cómo el sol  viaja, despacio, hasta desaparecer en el horizonte, es un regalo de la naturaleza al hombre, que sin cansarse nunca vuelve cada día para darnos su mismo recorrido, sin cansarnos nosotros tampoco nunca de ver esa  puesta de sol, especialmente en las playas del Pacífico. No en vano, Juan de la Cruz describe con un giro similar el final del hombre: en el atardecer de la vida, dice en su conocido poema, te juzgará el amor . Une, quién sabe sin el  querer

Ladran los perros del alma, pero no muerden

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Caminar por el campo suele ser una delicia. Esta era una sana costumbre del siglo XIX antes del atardecer. Contemplar los campos sembrados y las divisiones trazadas por hileras de árboles de toda especie, para regresar a casa y sentarse, durante las tardes frías, junto al fogón. Kant solía contar de su experiencia campera y de sus altos pensamientos rumiados  durante las caminatas. Un día, después de un buen rato de lectura, salí al campo a dar una vuelta en solitario. Apenas había pasado el rezo del Angelus , y en esa comarca solían tañer las campanas al mediodía. Mi vista iba considerando el trabajo de unos campesinos en su pequeña parcela, cuando un par de perros salió de entre los maizales y en un par de brincos ya los tenía a mi lado. Mi primera intención, de forma natural, se iba por el echar a correr. Pero sabía que si hacía tal cosa iba a provocar a los perros y acabarían abalanzándose sobre mí, para atacarme. Durante mi niñez, y ahora en casa, había crecido entre estos animale

Apenas he escrito nada estos días...por culpa de santa Teresa

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En los últimos días, apenas he escrito nada. Se me coló entre mis libros el de las obras completas de santa Teresa de Ávila y, no sin sentir cierto temor, pues ya con anterioridad me había enfrentado a sus escritos, y salía siempre perdiendo; me apartaba de mis lecturas habituales y de mis deseos de escribir, y me engolfaba de tal manera en ella, que se me iba el tiempo considerando su vida, contada por la santa misma, con su habla de aquel tiempo, vivido con tal intensidad, que muy pocos de ayer y hoy podrían emular los pasos y la empresas construidas por Teresa (1515-1582), bautizada como Teresa Sánchez, de abuelo judío converso. Después de los escritos sobre ella de Cervantes, Lope de Vega, Góngora y muchos otros,  n o voy a contar nada nuevo, pero en el relato, podrán recordar algunos aspectos de su agitada vida. Los arrestos de esta mujer le llevan a emprender y superar toda suerte de obstáculos, a sabiendas de que su vida está en las manos de Dios. Sus enfermedades y contrariedad

Vender la "libertad" por un plato de lentejas

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Las lentejas debían estar caras en tiempos de Abraham (1800 a.C.). Éste tuvo un solo hijo son su esposa Sara, Isaac. Y el longevo Isaac, engendró a Esau y Jacob. Pues bien, este último, antes de generar doce vástagos, inicio de las doce tribus de Israel, había cocinado  unas lentejas, sabrosas, y se las estaba comiendo a la puerta de su tienda. Pero llegó su hermano Esau del campo, cansado, hambriento, y al ver las lentejas de su hermano Jacob llegó a ofrecerle incluso su primogenitura a cambio de las lentejas. ¡Cómo estaría el hambre de Esau y las lentejas de Jacob! Este intercambio fue decisivo en la historia del pueblo judío. Gracias a José, vendido a unos mercaderes, llega a Egipto para ser el gran favorito del Faraón. Reconciliado con su familia, se van todos a vivir a Egipto (1550 a. C.), a una región especial del noroeste. Allí nacerá Moisés y liberará al pueblo judío de su esclavitud con los egipcios. Salidos por fin al desierto (1250 a.C.), dejan atrás  la libertad perdida. D

El trabajo diario, hecho bien, ¿en qué consiste?

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Cuando un hombre deja de trabajar o trabaja a medias desperdicia la vida. Si el hombre ha sido hecho para trabajar, ¿en qué consiste exactamente el trabajo ? El bueno de san Pablo, en sus correrías por los pueblos del Mediterráneo, había observado la indolencia de algunos de los pueblos visitados. Se valían de la misma predicación del apóstol, pues pensaban en la cercanía del "fin del mundo". Si ya está cerca el fin, pensaban, ¿para qué trabajar?  Pablo, que no cesaba de viajar, de trabajar para no ser gravoso a las comunidades visitadas, de escribir y de rezar, les dice a esos tales: "El que no trabaje, que no coma". Y esa máxima ha prevalecido en la tradición de la Iglesia hasta el día de hoy.  Socialmente hablando, no se considera de buen tono alardear de tener tiempo de sobra. Por el contrario, se aprecia el afirmar de la falta de tiempo, aunque luego las cuentas no salen porque la media de los ciudadanos del llamado mundo civilizado, gastan tres y cuatro horas

Los estados sin justicia crían grandes partidas de bandidos

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La Iglesia debe ser pobre , dice Benedicto XVI. La idea de la frase del encabezado viene del La ciudad de Dios , de san Agustín. Después de 17 siglos, no hemos aprendido de esta máxima, ¡escrita en un libro de teología! Hoy, la rapiña campea en los estados. Por razones de conveniencia de los líderes, el fraude en todo su amplio espectro ha vuelto a vestirse de gran señora y convive y alterna con los grandes del lugar, prometiéndoles  hacerlos más grandes todavía. Todavía no hemos descubierto que Dios es pobre . No por fuerza, pues es omnipotente, sino por esencia. Esto es importante porque pudiendo disponer del universo entero y revestirse de gran señor, porque lo es, elige ser pobre ¡aun siendo Dios! Y Dios es "espíritu". Luego la pobreza de espíritu es nuestro modo de vida. Pero ¿cómo puede conciliarse la idea de Dios con ser pobre? Dios  ha optado por el camino de la "entrega" total de su ser, en la figura del Padre, para así engendrar al Hijo, sin quedarse nada

Faltas de respeto, "okupas" y padres de familia

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Las palabras y las personas se desgastan, cambian de significado y de apariencia y, en ocasiones,  vienen a ser una cosa muy distinta de su sentido original.  Así ha ocurrido con la noción de respeto , cuyo significado desde finales de la Edad Media, se usa para expresar "veneración", "miramiento", "deferencia" o "consideración", tanto a las cosas de Dios como a las criaturas. En una palabra: admiración . No hace mucho, una señora parecía divertirse en una iglesia mientras se celebraba la santa Misa, dejando corretear a su pequeño de un par de años, que, emocionado por la atención a sus  trotes despertada entre los asistentes, los redoblaba con más ímpetu acompañando sus idas y venidas con sonoras expresiones de júbilo. Al concluir la ceremonia, uno de los asistentes le comentó a la madre del niño sobre la conveniencia de asistir a la celebración desde una sala especial de vidrios trasparentes reservada para las familias, donde los niños podían j

Caminar sin libertad: ¿se llega a alguna parte?

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Uno de lo caminantes se detuvo, y le dijo a su acompañante. "Oye, amigo, ¿a dónde vamos?" El  amigo respondió: "¿Tenemos que dirigirnos a algún lugar?". Guardaron silencio. El tiempo era excelente. A uno y otro lado del camino, había gente tumbada sobe la hierba, tomando el sol; algunos se quedaban bajo la sombra de los árboles mirando al que pasaba. Así se sucedieron los días. Las noches servían para organizar corrillos alrededor del fuego y contar historias. Los más "tímidos", exageraban los obstáculos de la jornada. Santa Teresa les dejó por escrito a sus monjas que "si no procuráis las virtudes y hay ejercicio de ellas, siempre os quedaréis enanas". No basta solo "rezar y contemplar" y esperar que los problemas se arreglen solos. Frente a este grupo se alzaban los "temerarios" y reducían lo imposible a una alternativa viable. Por ejemplo, el cielo es posible para quienes mueren en pecado mortal. Sobresalen, por último, en

Se precisa de un "punto de vista" y seguirlo (vocación) para coronar una obra de arte

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Ningún artista, ni tampoco científico alguno, han logrado en el esplendor de su arte o de su ciencia, captar el todo. Su triunfo se debe a la elección de un punto de vista. Cuando se quiere abarcar el universo entero, la grandeza se escurre como el agua entre las manos, y el todo se convierte en nada. Algo así está pasando hoy con los deseos de libertad, especialmente entre los más jóvenes. Se quiere ser tan libre que se van cortando los intercambios propios de una relación, y, al final, se queda uno solo. Entonces, entre la nada y el todo, podemos elegir un punto de vista, y a base de acostumbrarnos a él, iríamos descubriendo cosas nuevas, y acabar produciendo una obra de arte, a la manera de los grandes artistas, como vemos en cada pintura, en cada cuadro heredado de la tradición de tantos siglos. Siempre lo mismo: un punto de vista, observación, trabajo paciente, y acaba apareciendo esa obra única, de un paisaje, de un rostro, de la convivencia familiar y social. Se van tejiendo los