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Mostrando entradas de 2014

¿Quiere un buen 2015?

Hoy acaba el año. Un repaso a lo que piensan, o dicen, algunos de los personajes más populares no me parece la manera de concluir el año. Te sumerge en la penumbra por la tibieza de los comentarios. Baste un ejemplo. Que Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, diga, como gran contribución a las ideas del país, para que coman las uvas a gusto, que el empeño de los socialistas consiste en "presentar a la sociedad española  un proyecto de cambio posible", deja una sensación de vacío inmenso porque desde el siglo XVIII se dice lo mismo. Ahora bien, no se puede atropellar a nadie porque sus ideas sean medievales o modernistas. El cristianismo, por ejemplo,  no se puede borrar simplemente  por datar del siglo primero de nuestra era. Al contrario. Su persistencia en el tiempo demuestra que los principios que ahí se barajan han resistido el embate de las culturas y de quienes de ningún modo se rigen por pensamientos  religiosos. El problema no reside en la antigüedad de u

El amor de san Juan

El hecho que el apóstol san Juan viviera hasta el segundo siglo de nuestra era, no supone más que un dato interesante de la historia de quienes acompañaron a Jesús durante tres años porque sobrevivió a todos sus compañeros. Lo que resulta definitivo de esta figura de la Iglesia naciente, viene dado porque además de una larga vida, escribió. Pero escribió después de meditar larga y pausadamente la esencia del cristianismo, derivada de la convivencia personal con Jesucristo, el hijo de Dios. El evangelio de Juan viene a narrar de forma peculiar la creación del mundo, donde se pasan por alto los detalles cuánticos, y se adentra el autor en la vida de Dios que decide por amor venir a poner su tienda entre nosotros. Pero nos deja  tres cartas, dando una lección de vida verdaderamente cristiana, siguiendo a la persona de Jesús. Un seguimiento de amor, ayudado por la gracia, que nos invita a ser cooperadores de la verdad . Es decir, el apostolado que se nos exige a cada uno no es más qu

¿Los ricos lloran cuando se acaba el año?

El año ya casi se acaba, pero comenzará el nuevo. La línea de separación entrambos, finísima, apenas se nota, a no ser por la algarabía artificial de algunos ruidosos. Sin embargo, estos finales y comienzos de año alegran a muchos por encima de su media normal. Y otros padecen lo indecible por buscar distinguieres en la manera de disfrutar el fin de año. Una señora acompañada de su familia y la sirvienta (se notaba en el atuendo de su oficio) volaba de un centro de vacaciones, Miami, a otro: Acapulco. Era, como dicen, más mejicana que el chile. Mejicana de la capital, no de cualquier otra parte. No desaba de quejarse. Que el aire acondicionado del avión congelaba; que deseaba un refresco de dieta, pero se lo negaban porque se reservaba para los de primera clase; que tenía recursos para volar en cualquier clase y que quería su refresco. En fin, para paliar el frío, se cubría el rostro con unas enormes gafas de sol obscuras y se tapaba con un chaleco de pieles, sin dejar de mascull

El amor de la Navidad

La Navidad. Todos vamos a desaparecer unos días de entre la comunicación pública, para dedicarnos a los demás: la familia, los amigos y, sobre todo, las cosas de Dios, que se fía de nosotros y nos manda a su Hijo; ni más ni menos. No sé cuántos estaríamos dispuestos a enviar a nuestro hijo, recién nacido, a la casa de otros. Esta disposición traba todas arrugas del corazón que no se atreve a querer. Es el amor que pasa, justo al llegar la plenitud de los tiempos. Lo que sí estamos seguros de que la familia con la que nuestro hijo va a vivir durante unos años, sea plenamente receptiva. Que sepa calar lo que implica este desprendimiento tan íntimo, tan elocuente. En fin, cada quien puede desfilar en sus consideraciones personales para ir calando, en el curso de estas fiestas navideñas, lo que realmente estamos celebrando. A todos los que pasen por estas líneas, un fuerte abrazo navideño.

La palabra requiere de realidad

Poesía es fundamento que soporta la historia, según Heidegger. No se puebla la tierra con ciencia, que abstrae de lugar y tiempo. Se necesita poblar la tierra con palabras, las palabras que canta el poeta en los romances, novelas, comedias y tragedias.  Ocurre, sin embargo, que para Heidegger, la palabra cunde cuando se sincroniza con el tono del "pueblo" hasta hacerse (su) voz. Pero sabemos que cualquier proposición está hecha de palabras, y que las palabras difieren de las simples voces en que ofrecen un sentido. Así lo han visto también otros filósofos, como E. Gilson.  Creo que el sentido, a base de traerlo y llevarlo por doquiera, acaba siendo un sinsentido. El sentido, se apega a lo concreto, a la situación, a la persona. Al menos así lo ve V. Frankl. De esta manera se distingue de los "valores", esos universales abstractos que, si bien, orientan al hombre en el curso de la historia, y son a su vez  como su legado, lo dejen inerme, por la dosis de conflict

Ahora son los mejores tiempos

Cuando la estadística trata de "explicarnos" las cosas, mal asunto. En el mejor de los casos, quizá pueda describir someramente algo de acuerdo con los datos parciales que a la mano le llegan. Hay quienes, con datos en la mano, se atreven a afirmar que estos tiempos de hoy son mejores que los de ayer. Por supuesto, los medios de comunicación, no inclinan las voluntades para aceptar tal conjetura. Éstos venden por contarnos la visión más trágica de la vida, como si abarcaran el todo. Nuestra tesis es la siguiente. Este tiempo de ahora es el mejor que tenemos, porque no tenemos otro. Cada quien, desde su parcela, debe exprimirlo tanto como pueda para sacarle el máximo provecho.  Como ya nos cuentan los Proverbios, hay tiempos de abundancia y tiempos de sequía, de escasez de todo: de cariño, de compañía, de recursos, de salud... Pero ese es, precisamente, nuestro tiempo. Lo interesante se descubre que el aprovechamiento del tiempo de hoy, se convierte en la moneda con la

Enfermedad terminal y una plegaria agradecida

Tengo un amigo enfermo, con cáncer. Con los tratamientos va tirando del carro de la vida. Todavía trabaja. Aprovecha los rincones  de asueto del calendario para internarse y recibir la terapia adecuada. Mi amigo es un hombre bueno, pero la enfermedad, lo está llevando al límite de su paciencia. Está cansado de soportar tantos repuntes de ese cáncer hepático, que va haciendo de las suyas en el sistema inmunológico. Como este amigo tiene creencias católicas bien arraigadas, no le tiene miedo a la muerte porque está preparado para dar el salto cuando Dios quiera. Pero el problema es ese mientras llegue el momento de dar el salto. Encerrado en su habitación, conectado siempre a algún alimentador de sustancias químicas, las horas y los minutos discurren lentamente. No acaba de llegar el momento de dejar la cama de hospital, para irse a descansar mejor a la suya, en su casa. Llega la Navidad, y todos esperamos que la pasará en su casa. Por si acaso, otro amigo suyo, reza como lo hací

Cuentos del espacio

Érase una vez. Creo que no aprendemos lo suficiente para salir bien librados de las trampas erigidas por nuestras torpezas. Los sabios , esos comités ahora tan de moda para tantas áreas de interés, nos dicen que, si las cosas se pone aquí, en la Tierra, muy feas, nos llevará a estimular nuestra inventiva tecnológica y podremos ir a otros planetas. Bueno, esta es la opinión de una periodista del The New Yorker , Elizabeth Kolbert, quien parece saber mucho sobre el tema y ha publicado un libro The sixth extinción, recientemente. O sea, echamos a perder este maravilloso planeta donde vivimos, y, como niños malcriados, cogemos la maleta y nos vamos con la música a otra parte. No está mal. Al fin y al cabo, después de unos años de viaje sideral, podríamos elegir incluso las temperaturas que nos gustan. Si preferimos el calorcllo nos vamos a Venus; si el fresco nos agrada más, podernos elegir entre Marte, Júpiter o Saturno, por no ir más lejos. Eso sí, debemos mejorar nuestra tecnolo

El buen humor del Quijote en tiempos difíciles: para hoy

Ninguno de nosotros hemos elegido el tiempo que nos toca vivir. Quizá no nos guste del todo lo que vemos en el mundo, ese todo que tenemos en frente. Entonces, lo que nos queda es aprender a convivir con ese mundo que, sin elegirlo, no podemos eludir. Cambiar el mundo, lo que nos queda enfrente, no sólo es tarea de titanes, sino adentrarse en el absurdo. Eliminar todo aquello que nos disgusta, personas y cosas, es, desgraciadamente, una práctica rústica, irracional, que se repite en la historia cada cierto tiempo. El mayo del 68 en París, unía en las barricadas a jesuitas y dominicos, como representantes autorizados de un descontento social y eclesial, donde sólo ellos, podían opinar sobre el curso a seguir. Nada era suficientemente bueno para el descontento reinante, un descontento que crecía y se alimentaba de doctrinas vacías de contenido real, sin relación alguna con el mundo concreto, con algún aspecto puesto en tela de juicio por una mayoría siquiera de jóvenes, de personas

Disney y la Navidad

Ahora el pato Donald no va a enseñar a vivir la Navidad. Al menos esta es la pretensión del consorcio Disney, que jamás se ha preocupado de la religión. En un blog, Disney nos invita a aprender de la Navidad con sus personajes. Propone que si seguimos el ejemplo de los personajes de Disney, celebraremos la Navidad adecuadamente. Es una noche de paz y amor. La genere brinca de emoción, y ahí es donde se puede imitar a personajes favoritos propuestos por Disney: Pinocho, Blancanieves, Mickey Mouse... Hay para todos los gustos. Todo consiste en  darse "un gran abrazo" a quienes nos rodean, y vestirse de la manera adecuad para esa gran noche. Y empieza el gran baile, cada quien a su manera, para demostrar las habilidades en una noche que es larga. La propuesta es simple, al alcance de todos. Emociones, abrazos, sonrisas, baile. Por supuesto se silencia para complacer a todos, que la Navidad consiste en alegrarse, porque sabemos que hace dos mil años, nació Jesús, el Cre

La endemia del relativismo

El mundo pierde su fuerza. El relativismo rampante de nuestra cultura, impide sostener si  el punto de vista exhibido contiene un ápice de verdad. Se detesta hablar de verdad; se tilda de reaccionario a quien se atreva a hacerlo. Consecuencia de esto: el fin justifica los medios. Uno por uno, los castillos de opinión se desmoronan. La gente no cree en Europa, pues cada quien piensa que la torre más alta es la de su pueblo. Tampoco cree en los  partidos por los que vota, porque no acaban de llenarle el ojo. La alternativa a Europa es mi terruño; la del partido político, mi personalísima idea. Pero ocurre lo mismo con la idea de justicia y el calentamiento global. La justicia de Venezuela, por ejemplo, se ajusta a lo que quiere el gobierno, y destierra cualquier otro reclamo. Los reclamos de la asociación Greenpeace, acaban de hollar un recinto peruano para manifestar su protesta, cuando los representantes de los gobiernos mundiales trataban de concretar un acuerdo sobre el calentami

Diálogo de amor (Guadalupe II)

Responde, amigo mío. Responde. Nos vamos acercando muchos conscientemente a la cueva de Belén. Es el mes más entrañable del calendario. Sabe uno que el amor le espera en ese lugar, apartado del barullo.  "El cosmos recibe su sentido del primogénito de la creación, que ha entrado ahora en la historia", escribía el cardenal Ratzinger casi al albor del recién comenzado milenio. Dios no se olvida de sus criaturas.  Dios se ha encaprichado de cada uno de nosotros y de todo este universo, ilimitado, claustro exclusivamente pensado para el hombre, ambos de origen divino. La conjunción del cosmos y el hombre se puede leer y descifrar en la  tilma  de san Juan Diego. En ese paño tosco, preservado incomprensiblemente hasta el día de hoy,   descuidado durante siglos, se puede apreciar todavía la configuración de los astros en el día de la aparición de la Virgen María en la colina del Tepeyac, que apunta al centro de su seno, donde duerme el Dios de la vida, Jesucristo. Ella, l

La Virgen de Guadalupe

La confesión no es algo fuera de lo común, en otras culturas. Cuesta asimilar el hecho, pero es que, la conciencia reclama sus derechos, cuando se viola la ley natural, que cada quien lleva en su ser. Por ejemplo, en el México del siglo XVI, cuando llegaron los conquistadores, se cruzaban por las calles con personas que iban en un taparrabos de amatl, según nos cuenta el historiador Hugh Thomas cuando narra la llegada de los españoles a la gran Tenochtitlan. Ese atuendo, lejos de ser una moda exhibicionista, significaba que el hombre o la mujer había confesado sus pecados a la diosa Tlazoltéotl, la "diosa de la confesión y de la carnalidad". Su nombre significa "comedora de cosas sucias", es decir, los pecados. Estos pecadores arrepentidos hacían penitencia por sus pecados, danzando y bailando en público. El historiador Thomas supone que la mayoría de estos penitentes serían gentes mayores, pues sólo "se permitía una confesión en la vida". Y una rec

Llanto académico

No resulta fácil seguir viviendo cuando el Estado le retira la ubre a los succionadores crónicos. Echamos pestes siempre contra el Estado, contra el gobierno, porque somos personas dedicadas a las artes, a las letras. Somos libres y podemos, mejor dicho, debemos denostar a quienes ostentan el poder, de oficio. Así mostramos el ejercicio de la libertad. Eso no quita que el jefe del gobierno nos deje de amamantar. Es su obligación. Pero, el Estado o las instituciones oficiales deben alimentar muchas bocas. Y hay prioridades y escasez de recursos. Los alumnos de facultades, de cuyo nombre no puedo acordarme porque han crecido como las setas las carreras que no encontrarán empleo al final de su ciclo académico; los artistas de cine y los productores que tienen ideas brillantes que no pueden realizar porque escasea la ayuda oficial; los sindicatos que quieren más nutriente o  amotinarán a las masas de trabajadores, aunque  ellos mismos los han estafado miserablemente durante años con lo

Entre los pobres, hay clases

No todos estarán de acuerdo, pero, en América Latina, no se levanta cabeza. La pobreza se pasea por las grandes ciudades. La desigualdad, crece. Los sistemas educativos no acaban de encontrar su pista para el despegue. Y junto con todo ello, o, como consecuencia de todo ello, la omnipresencia de la inseguridad y de la muerte.  Se podrá decir: ---Oiga, pero hay muchas cosas buenas. Es cierto. Pero, precisamente porque así es, porque no se multiplica esa riqueza ni se distribuye con más equidad, duele la presencia de este panorama que, si se me permite hablar en estos términos, los pioneros que llegaron de Europa a estas tierras, verían con asombro lo poco que han cambiado las cosas, y el deterioro, en algunos casos,  de las relaciones con las personas y con el entorno. En estos días, se reúnen las naciones iberoamericanas en Veracruz, México. En total, 22 países tratan de unirse para conocerse mejor, para ayudarse intercambiando bienes y servicios, para contribuir solidariamente al

¿Cuánto vale una mujer?

Invaluable, para algunos. Para otros, depende. Para Harold Hamm, 800 millones de euros. Este señor, norteamericano, amasó una fortuna con el petróleo, indagando la tierra por medio de la técnica del fracking. Como en el sueño americano, venía de la nada y su sueldo anual ahora  como consejero delegado ronda los 140 millones de dólares, que suplementa los más de 9 mil millones ahorrados durante su vida laboral, después de sufrir varios reveses de fortuna. Pero, le saltó la liebre donde no esperaba. Hete me aquí que su consorte, de la que se había separado, lo demanda ahora por una cantidad respetable. Estas demandas suelen darse por algo que el señor Hamm ha hecho, o por algo que ha dejado de hacer. En cualquier caso, a sus 68 años, tal vez le quede aún tiempo de aprender a no cosificar a la mujer, y que el cariño verdadero, ni se compra ni se vende.

Educar con paños calientes

Para que la cuña apriete, madera del mismo palo. Es un dicho que ha perseverado en el lenguaje popular, porque encierra una buena dosis de sabiduría. El significado del dicho va en la línea de no aplicar paños calientes,  por ejemplo,  a una invasión infecciosa de gran calado. Se debe actuar con energía y con los medios apropiados,  si de verdad se quiere curar una situación peligrosa. La educación de hoy en día, sin embargo, en muchos aspectos, pasa por ese estado de andarse con pamplinas en  asuntos verdaderamente graves. Lo que en la actualidad vemos en nuestro entorno y deploramos, ya anida de antemano en las aulas desde los primeros años de kínder.  El niño no quiere hacer lo que le mandan; el niño molesta a sus compañeros; el niño no va a la escuela porque dice que hace mucho frío; el niño quiere seguir los pasos sugeridos por un catálogo de venta de juguetes donde se ven que las niñas montan una motocicleta y los niños pasean una muñeca. El principio en todos los casos e

Doble moral

Los anuncios espectaculares callejeros de productos chatarra, lo llenan todo. Ahí se ven a los que son  guardianes de nuestra civilización, pepsi, coca cola, etcétera.  Junto al producto anunciado, se puede leer: "Coma saludablemente" o leyendas parecidas. Es decir, quienes son responsables de la venta de  bebidas que se consideran dañinas para la salud por las autoridades encargadas de este ramo, permiten su exhibición pública, con la "rigurosa" condición de que nos recuerden el comer bien. Es como poner al lobo al cuidado de las ovejas. 

Trasiego de juventud. ¿Podemos?

Rebuzna el burro. No hay una flauta al lado. No suena. Asombro generalizado. Es el momento cumbre para el aprendizaje. Pero, nadie enseña nada. Todos hablan a la vez, sin decir algo. La juventud quiere ir al baile. Se acaba el semestre. Lo demás es lo de menos. Que me den el "pase" en esta materia. Eso es el preludio de la Navidad. Que me den el "pase", claro está, sin estudiar.  Al fin, nada enseñan. Quiero un sobresaliente, que estoy becado. Tengo derecho a la beca. La sociedad debe respetar a los jóvenes. Sus ideas. ¡¿¿¿???! Ese es el mérito. Si no, nos indignaremos. Somos jóvenes y podemos destrozar lo que se ponga en frente. Producen asombro los estudiantes, a sombro. Ni siquiera pueden seguir al padre, abuelo ya, Marx, cuando decía: "A la mañana a pescar; a la tarde, paseo por la arboleda, después de comer; a la noche, junto al fogón, una vez  cenados, contar las incidencias del día". No sabemos pescar, y los ríos ya no son como a

Causa de la corrupción

Se van a reír, pero desde tiempos inmemoriales, la sal ha sido el elemento idóneo para evitar la corrupción. Este remedio es apto para preservar las cosas, y también para las personas. Nuestro Señor nos dijo que tú y yo debemos ser la sal de la tierra.  El problema de tanta corrupción es que, tal vez, tú y yo hemos dejado de ser sal. Hemos perdido el sabor, y, entonces, los demás, con razón, nos pisotean. Ser sal es ser nosotros mismos, lo que estamos llamados a ser. Ni tú ni yo nos hemos inventado a nosotros mismos. Hemos, por tanto, de escuchar la voz que nos dice en nuestro interior: Sé mejor padre de familia, sonríe al vecino que te molesta, corrige ---por supuesto--- cuando sea necesario, sé honrado con los negocios que llevas entre manos... Así podemos ser sal. Y acabar con la corrupción

Las mentes del futuro

Howard Gardner resulta conocido entre quienes se dedican a las tareas educativas. Profesor de Harvard, premio Príncipe Asturias, saltó a la fama con su obra Inteligencias múltiples. Viene a decir que cada quien tiene su manera de procesar la información que recibe de su ambiente. Y que la labor de un verdadero educador, entonces, es descubrir las claves propias de cada persona para enseñarle aquello que, de otra manera, le sería muy difícil de procesar. Estas diferentes maneras, Gardner las encierra en ocho inteligencias, y media,  suele decir, cuando se le pregunta por la dimensión espiritual del hombre, que no aclara. Pues bien, este autor esboza en otro opúsculo lo que serían Las cinco mentes del futuro.  Se le ve sobrado cuando se encara con lo que todavía no es, pero es que abreva en parte de lo que el hombre ha sido siempre. Sencillamente Gardner propone la necesidad de una "mente disciplinada", una "mente sintética", una "mente creativa", una

¿Se conocen los caminos que llevan a la paz?

Quienes se llaman a sí mismos intelectuales, acaban siendo una especie de casta insoportable. Se juntan entre ellos sólamente. Lejos de la verdad y lejos de los hombres. En cada país se dan cenáculos de este tipo. En estos días, muchos de ellos acuden a la Feria Internacional del Libro (FIL), celebrada en Guadalajara, México. Claudio Magris, el italiano de Trieste, galardonado con el premio FIL 2014, no es amigo de muchas etiquetas ni de estar donde se convierta en el centro de las miradas. En su libro Danubio, nos cuenta el recorrido de unos excursionistas por su curso, y aprovecha para ir contando la historia de esos lugares, que es la historia de Europa, al reconocer en los rincones que van visitando, el paso, muchas veces superpuesto, de tantos hombres anónimos que pusieron los fundamentos de esas tierras, tan dispares, pero, cuyas aguas desembocan todas en un lugar común. Es una excepción entre la caterva de los reunidos en este recinto de la Feria. En su ciudad natal, tiene a

El atardecer de la vida y el amor

En el atardecer de la vida, seremos juzgados por el amor. Esta frase es francamente consoladora, porque es verdad. Pero no todo lo que es verdad, resulta consolador. Del juicio justo brotará una sentencia. El sol,  bien ilumina o da calor. Son las dos variantes del mismo astro. La luz  o el fuego solar que quema.  El amor penetrará entre el nervio y el hueso, hasta lo más íntimo de nosotros mismos. Hasta descubrir aquello incluso que de nosotros desconocemos. Cada quien recibirá entonces, ahora  sí, lo merecido. Luz o fuego. Nadie respingará contra la sentencia porque verá en su origen la justicia y lo que uno ansiaba.  El problema es que el resultado  obtenido distará miríadas de años  de lo imaginado y que, según el veredicto, será absoluta o insoportablemente querido. No es que con esto se quiera engañar a nadie, como Saramago pensaba de quienes no pensaban como él.  Carmen del Río, la mujer que lo acompañó en los últimos años de su vida, contaba que la última obra del 

El cardenal Van Thuán, un vietnamita camino de los altares

Por medio de D. Marcelo Garza Lagüera, un empresario de Monterrey, conocimos al cardenal vietnamita François Xavier Van Thuán. Acogedor, con excelente dominio del castellano, nos abrió las puertas de su casa en Roma, cuando lo visitamos a raíz de algún acontecimiento de los muchos que se celebran en la capital italiana. Su casa estaba en  el palacio de san Calixto,  sede de algunos de los dicasterios del Vaticano, sito en  uno se los barrios más antiguos de Roma. La sorpresa fue que, como san Alejo, vivía en el recodo de una de las escalinatas del palacio de Justicia y Paz.  Nos invitó a comer en un restaurante vietnamita. Esta lengua resulta más difícil que el chino, según nos contaba nuestro anfitrión,  debido a que su fonética guarda cuatro o cinco zonas distintas de la laringe para pronunciar sus palabras. Pedimos sin rechistar el platillo recomendado por el cardenal Van Thuán,  la sopa de bambú, un sencillo pero sabroso guiso, cocinado a la perfección en ese lugar del Transté

Tabaré Vázquez y María Auxiliadora

En 1995 pude visitar al entonces alcalde de Montevideo, Tavaré Vázquez en su despacho oficial. Me llamó la atención que, un lugar discreto, detrás de su sillón, en un librero, asomaba la imagen de María Auxiliadora. Me llamó la atención que una persona calificada de izquierdas, maestro de la Gran Logia de la Masonería de Uruguay, tuviera en su despacho oficial esta representación. Le pregunté sobre este asunto. Él me habló de alguna relación con los salesianos, que la tienen como patrona y difunden su devoción a donde quiera que van. Luego supe que su esposa es una ferviente católica.  Las cosas de la vida. El señor Tavaré Vázquez acaba de ser elegido presidente de Uruguay por segunda vez. Es un hombre afable a quien le interesa "el progreso moral y material de los seres humanos".  No está mal.

El camino de la esperanza desemboca en Belén

Hoy comienza el Adviento, el principio del camino de la esperanza. Hay que esperar. Parusía o tiempo de espera. Ya viene el que esperábamos. Está cerca.  Estábamos sumidos en un abismo negro sin fondo, y el que nos puede sacar de aquí ya se ha puesto en camino. Una joven esposa se ha comprometido a ser la madre del Salvador. Quien nos creó no nos deja de la mano en ese pozo de oscuridad. ¿Por qué, si no le hacemos ninguna falta? Es verdad. Él podría seguir eternamente disfrutando de su felicidad inextinguible. Pero tuvo una debilidad. Nos creó por amor. Y es que el amor nunca se acaba. Sigue alimentando esa relación con nosotros. Lo suyo es compartir, unirse al otro, hasta la identificación completa. Por lo tanto, al vernos el Creador perdidos para siempre sin remedio, se ingenia un atajo para rescatarnos, y él mismo, envía a su propio hijo para resolver, en obediencia perfecta, el dilema. En cuestión como de un mes, se hará visible entre nosotros. Este ciclo de Adviento

Los científicos y la verdad a medias

Cuando los científicos se salen de su campo, hay que ponerse a temblar. El mexicano Raúl Rojas, que trabaja en Alemania dirigiendo el departamento de Inteligencia Artificial de la universidad Libre de Berlín, ha sido premiado  por la Unión de Universidades de Alemania, que agrupa a más de 28 mil docentes, con el título de profesor universitario del año. Entre sus proyectos incluye el de conducir un coche con el cerebro y dotar de sillas de ruedas a los discapacitados manejadas simplemente por las ondas electromagnéticas del cerebro. La serie de logros del Profesor Rojas con su equipo resulta encomiable. Pero no falta que, en sus declaraciones, acuciado, quizá, por el acoso de los periodistas o dejado llevar por la ligereza de la vanidad de quien tiene en su haber logros de altura, llegue a decir que "la mentira es la forma más alta de inteligencia", y  que, por esta razón, los seres humanos son más inteligentes que los robots, que no pueden mentir nunca. En el  campo