Las mentes del futuro

Howard Gardner resulta conocido entre quienes se dedican a las tareas educativas. Profesor de Harvard, premio Príncipe Asturias, saltó a la fama con su obra Inteligencias múltiples. Viene a decir que cada quien tiene su manera de procesar la información que recibe de su ambiente. Y que la labor de un verdadero educador, entonces, es descubrir las claves propias de cada persona para enseñarle aquello que, de otra manera, le sería muy difícil de procesar.

Estas diferentes maneras, Gardner las encierra en ocho inteligencias, y media,  suele decir, cuando se le pregunta por la dimensión espiritual del hombre, que no aclara.

Pues bien, este autor esboza en otro opúsculo lo que serían Las cinco mentes del futuro.  Se le ve sobrado cuando se encara con lo que todavía no es, pero es que abreva en parte de lo que el hombre ha sido siempre.

Sencillamente Gardner propone la necesidad de una "mente disciplinada", una "mente sintética", una "mente creativa", una "mente respetuosa", y una "mente ética".

Gardner, además de profesor universitario, es un buen pianista. De su pasado "musical" obtiene la que es una de sus ocho inteligencias, y quizá de entre sus pliegues vislumbra la necesidad de la "disciplina"  y la "creatividad", si de veras quiere adentrarse al alumno en los diversos campos del saber: ciencias y humanismo, de modo que cada quien pueda "ampliar la propia formación durante toda la vida". Quizá este autor nos va hablando de su experiencia personal y, desde la cumbre de sus logros, recomienda el camino a seguir para los demás. No sé, resulta difícil adentrarse en la preparación de muchos maestros de hoy día para obtener siquiera un acorde musical según esta propuesta trenzando la disciplina con lo creativo.

Pero, otra de las mentes se centra en ser "respetuosa". Esta dimensión se ha perdido a pasos agigantados en todas las culturas. Aunque Gardner habla de que las personas sean "tolerantes" al referirse a este tipo de mente, en el fondo, creo que lo que se ha perdido no es sólo la capacidad de aceptar a cada quien como es, sino incluso, el no distinguir o apreciar la autoridad en todos los ámbitos, desde la familia a la empresa, pasando por la educación escolar y social. No guarda relación alguna con el concepto de autoritarismo, objeto de estudio día por los fundadores de  la escuela de Frankfurt. 

Por supuesto, al ponderar esta faceta de la autoridad se descubre que cada persona, desde su principio, la posee. Cada quien es el que más sabe de algo concreto. Por ejemplo, el infante y el nonato son quienes más saben de su dolor o de su hambre. Y los demás deben escuchar sus proclamas, porque en ello les va la vida.

De aquí el profesor Gardner, a la hora de hablar de la mente "ética" la refiera a lo que son las "formas de la sociedad", y deja el respeto a las personas en la provincia del ser respetuoso. En realidad, el bien es el objeto de la ética, tanto en las personas como en las cosas. No se trata de formas, sino de descubrir el valor intrínseco de cada cosa y, después de conocerla, adecuar la mente a su ser.

Es decir, la ética no se queda en las formas, sino en el fondo. No es gestalt, es sein, ser concreto, a cuyo respeto todos nos debemos. Según veo, en nuestro planteamiento incluimos el respeto como parte de la ética, la cual nunca se puede quedar en  meras formalidades.

Hacer una síntesis de todo esto que acabamos de decir, es parte de lo que Howard Gardner llama "mente sintética". Cada quien puede tomarlo como tarea y tratar de desarrollarlo por su cuenta, para ir preparando  su mente para el futuro.

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