¿Quiere un buen 2015?

Hoy acaba el año.

Un repaso a lo que piensan, o dicen, algunos de los personajes más populares no me parece la manera de concluir el año. Te sumerge en la penumbra por la tibieza de los comentarios. Baste un ejemplo.

Que Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, diga, como gran contribución a las ideas del país, para que coman las uvas a gusto, que el empeño de los socialistas consiste en "presentar a la sociedad española  un proyecto de cambio posible", deja una sensación de vacío inmenso porque desde el siglo XVIII se dice lo mismo.

Ahora bien, no se puede atropellar a nadie porque sus ideas sean medievales o modernistas. El cristianismo, por ejemplo,  no se puede borrar simplemente por datar del siglo primero de nuestra era. Al contrario. Su persistencia en el tiempo demuestra que los principios que ahí se barajan han resistido el embate de las culturas y de quienes de ningún modo se rigen por pensamientos religiosos.

El problema no reside en la antigüedad de una frase o de una idea, sino en el hecho que no se define, en este caso,  el contenido del cambio. Entonces, si a la nada encerrada en el concepto cambio se le añade para redondear el adjetivo posible, es cuando nos quedamos a oscuras porque se han fundido los fusibles.

Así estamos, sin luz. Pero me da náuseas cerrar este escrito de fin de año con menciones al nihilismo profesional, que atañe a tantos. Lo más grave es que cuando se reciben más mensajes negativos que positivos, se reacciona negativamente, por lo menos en el mundo de las redes sociales. De hecho el artículo que ocupó el primer lugar en la red social de este año, Evidencia experimental de contagio emociona a escala masiva  a través de las redes sociales trata, precisamente, de este fenómeno: lo negativo engendra negatividad, según un experimento (manipulación) de la empresa del señor Zuckerberg, de Facebook, con 700 mil usuarios que, por supuesto, desconocían que eran manipulados.

Por tanto, les recomiendo que lean para el año que viene "buenas noticias". Es decir, noticias verdaderas que le pueden cambiar la vida a una persona. Este es el título de uno de los libros más leído de la historia, el Evangelio. Evangelio significa "buena nueva". Su contenido de alta definición ha dejado un rastro de luz en la historia en la vida de grandes personajes y de personas ordinarias.

Tanto es el rastro de luz que no han podido borrarlo las propuestas del oscurantismo diseminadas en la historia. Pero no es esto lo más importante. Lo esencial es que la alegría contagiosa de quienes viven y han vivido estas ideas resulta de un encuentro para siempre con la persona de Jesús, que es a quien celebramos especialmente estas navidades (y cada día del año, éste que termina, y todos los días del que viene). Nos referimos a Jesús, el hijo de Dios, hecho hombre.




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