La moral y la Real Academia Española de la Lengua

Cuando la Real Academia de la Lengua Española (RAE)  se entretiene lo consigue de veras. Según Soledad Puértolas, una de sus miembros, se dedican ahora a la limpia, una de las tres tareas primordiales encomendadas desde su creación en el s. XVIII por el rey Carlos III, además de fijar y dar esplendor a la Lengua Española.

Y la tarea de "limpieza" se centra en la palabra vicio, con el fin de quitarle su connotación moral. Es decir, hasta ahora la virtud, la "fortaleza de carácter" (desde el año 1090) que se concreta hoy en la "disposición constante del alma para las acciones conforme a la ley moral", entre otros significados, se le ha opuesto el vicio o "falta de rectitud o defecto moral en las acciones".

Esta es la historia de estos conceptos, expuesta de forma breve. Por supuesto, este entretenimiento de algunas de las personas de la Academia en "depurar el vicio", si bien no cuadra con lo que el habla española de todo el mundo entiende, sí va de acuerdo con esa actitud tan de moda, de decir, "aquí no pasa nada", pase lo que pase.

Ese dedicarse a "enderezar entuertos", tan quijotesco, en una concepción que no representa ningún tipo de problema para el hablante de la lengua española de cualquier procedencia, o para quienes hablan francés o inglés (pues al fin este término en las lenguas romances y germánicas presenta las mismas raíces), es un reflejo de las molestias de algunas personas con todo lo que se refiere a la moral.

Ocurre lo mismo con otras concepciones, la familia. La RAE ha logrado desacralizar el significado. Dentro de las diez acepciones de esta palabra, la que más cerca pudiera quedar de lo que el común de los mortales entiende por familia, es "grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas". Es casi la noción impuesta en El Cairo  durante la reunión del Año Internacional de las Familias organizado por la ONU: "quienes viven juntos bajo el mismo techo".

Por ninguna parte aparece como una de sus acepciones que familia se entiende de entrada en todo el mundo, a la unión de una hombre y una mujer con el compromiso de permanecer fieles hasta la muerte".  Esto ya no se lleva.

Entonces, vemos cómo la RAE va realizando una labor de siembra apoyándose en ideologías recientes promocionadas por algunas agencias internacionales, con el fin de desmantelar la que es "pieza clave, constitutiva, de la sociedad", en el caso de la familia, y, en el caso de vicio se está trabajando para quitarle esa "carga condenatoria", como dice la maña, zaragozana, Soledad Puértolas.

Con trabajadores así, valdría la pena, quizá, que estuvieran en el desempleo, y les pagaríamos a gusto por ello. Son los héroes y heroínas de nuestro tiempo, concentrados en desmantelar las bases de nuestra cultura, que, desde el siglo XV significa "cuidar", "practicar", honrar", "cultivar".

Justo la encomienda dada a la RAE, pero de la que algunos hacen caso omiso, pues se dedican "ensuciar", a "relativizar" y a "ensombrecer" nuestra cultura.