Maduro: por estarlo, se puede caer solito. Pero...

Para convivir con las aves de rapiña, sólo hay un camino: convertirlas en aves de cetrería.


Maduro se ha reído de medio mundo. Ha hecho de tu capa un sayo. Sembró vientos; ahora recogerá tempestades.

Lo malo de este tipo de siembra, son las tempestades que vienen después. 

Quien es capaz de tales maniobras, no se va a conformar, así como así, con perder lo que consideraba ya como suyo, a perpetuidad. Pasa lo mismo con los Castro de Cuba, ilustres maestros de Chávez para su  invento bolivariano (si bien, algunos venezolanos, gentes de bien,  ya tenían sus  sueños desde los noventa de impulsar la figura de Bolívar como un personaje capaz de aunar el rompecabezas de América del Sur).

Los Castro no se van a resignar a perder su control con el establecimiento de las relaciones con Estados Unidos. Véanse los controles de salida para los cubanos que les gustaría dejar el país ahora mismo. Contaban con el camino de Ecuador para llegar a Estados Unidos. 

Por supuesto, Méjico, no colaboraba con ellos y, por tanto,  no les facilita el acceso a quienes quieren dejar el país, pues siguen aliados ahora con el pasado cubano, por mucho que el presidente Fox, en su día, le dijera a Fidel en su visita al país: "Comes y te vas", siguiendo las indicaciones de Estados Unidos. Ningún país quiere proporcionar una visa temporal para acercarse a los gringos a esos cubanos que se exilian de un país carente de las libertades mínimas.

Se ha dado un primer paso al abrir las relaciones con USA, pero de ahí a que la población pueda emprender, disponer, importar, exportar, hay un pequeño paso: el de las Termópilas, que mide trece kilómetros. 

Ojalá nos equivoquemos, pero se barrunta en el aire que a Venezuela le puede pasar otro tanto. Maduro, por estarlo, podría caer del árbol. Pero de ahí a una restitución completa de las libertades, hay un gran trecho. 

Como las aves de rapiña, nadie se deja arrebatar la presa que ya considera suya. No hay amor por la víctima atrapada en sus garras; hay posesión, carnaza para seguir alimentando las hijas del fundador Chávez cuando viajan a París.

Las personas se educan en la libertad. También las aves de rapiña, para que lo sean un día de "cetrería".