Sin perdón no hay vida

Una de las palabras más difíciles de entender en la historia, se da mientras Jesucristo cuelga de la cruz: "Perdónalos porque no saben lo que hacen".

Perdonar...por no saber. La conciencia humana tiene mis pliegues, y, a pesar de su falta de tersura, se tiene la obligación de seguir su voz. Puede darse el caso de la conciencia errónea, como tantas veces ha ocurrido. En los niños de ve en seguida cuando se dejan llevar en su conducta sin percatarse de que están transgrediendo un principio moral establecido. En los mayores, nos cuesta más entender por qué ciertos crímenes se cometen, y, además, se justifican. 

Los horrores de la II Guerra Mundial en los campos de concentración ---y fuera de ellos--- se perpetran por personas que "sabían lo que hacían" al quitar la vida a sus semejantes. Ellos se limitaban a cumplir las órdenes de un superior. Y en este punto se quedaban con la conciencia tranquila, a pesar de las atrocidades.

Entonces, ¿qué era ---si algo--- lo que no sabían? No sabían lo que era necesario que supieran. El descuido indolente de conocer lo que para ellos era necesario, los hace culpables. No el hecho de babar suprimido la vida de personas inocentes, sino el descuidar la formación de su conciencia para conocer que, bajo ninguna circunstancia se puede proceder así.

¿La pregunta inicial, pronunciada  desde la cruz, se aplica en este caso u otra similares? Lo que habría que dilucidar en cada caso es, según nos parece, si esos que no sabían era porque no quisieron saber. 

Esto se ve muy claro en el caso del Centurión, que desciende por el Calvario, después de la muerte de Jesucristo, al ver lo que pasaba en su entorno, especialmente en su corazón: "Verdaderamente éste era el Hijo de Dios". Y se arrepiente. 

Con el perdón viene la vida.


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