Harvard y donativo récord a los ingenieros
El mayor donativo de la historia de Harvard, se ha canalizado a la escuela de ingeniería: un total de 400 millones de dólares.
No está mal. John Paulson, un exalumno de la escuela de negocios en 1980, cree que la ingeniería es la "nueva frontera", según afierma el diario español El País.
Claro, cada quien puede creer lo que bien le parezca. En el caso del señor Paulson, no le falta razón, si bien su reloj de la historia se ha detenido en el siglo XVII, con Giambattista Vico (1688-1744), justo en los albores precisamente de la Universidad de Harvard, a la que Paulson ha donado como nunca nadie antes lo había hecho.
Este filósofo, puesto de relieve por Joseph Ratzinger en su Introdcción al cristianismo, define la "verdad" como el "saber las causa de las cosas". Pero, y aquí viene el golpe, nosotros podremos conocer "solamente" lo que nosotros hemos hecho, dice Vico.
Aquí nace, según Ratzinger, el auténtico "espíritu moderno". El hacer desplaza al ser y con ello nace el culto a la "época científica", de la que forman parte las escuelas de ingeniería.
Lo importante no es tanto lo que el hombre es, lo que las cosas son, sino lo que cada hombre puede hacer con las cosas. El poder fáctico desplaza así a lo esencial, y esta carrera, como vemos el caso de John Paulson, no se ha detenido todavía, si queremos llegar a la "última frontera".
El sentido de la vida se ha perdido en muchas de las decisiones tomadas por el hombre, pero el sentido se recobra cuando se descubre la verdad de las cosas. De no ser así, se puede decir con el imán Mohamed Zahed, que Mahoma hoy casaría a parejas de homosexuales.
No está mal. John Paulson, un exalumno de la escuela de negocios en 1980, cree que la ingeniería es la "nueva frontera", según afierma el diario español El País.
Claro, cada quien puede creer lo que bien le parezca. En el caso del señor Paulson, no le falta razón, si bien su reloj de la historia se ha detenido en el siglo XVII, con Giambattista Vico (1688-1744), justo en los albores precisamente de la Universidad de Harvard, a la que Paulson ha donado como nunca nadie antes lo había hecho.
Este filósofo, puesto de relieve por Joseph Ratzinger en su Introdcción al cristianismo, define la "verdad" como el "saber las causa de las cosas". Pero, y aquí viene el golpe, nosotros podremos conocer "solamente" lo que nosotros hemos hecho, dice Vico.
Aquí nace, según Ratzinger, el auténtico "espíritu moderno". El hacer desplaza al ser y con ello nace el culto a la "época científica", de la que forman parte las escuelas de ingeniería.
Lo importante no es tanto lo que el hombre es, lo que las cosas son, sino lo que cada hombre puede hacer con las cosas. El poder fáctico desplaza así a lo esencial, y esta carrera, como vemos el caso de John Paulson, no se ha detenido todavía, si queremos llegar a la "última frontera".
El sentido de la vida se ha perdido en muchas de las decisiones tomadas por el hombre, pero el sentido se recobra cuando se descubre la verdad de las cosas. De no ser así, se puede decir con el imán Mohamed Zahed, que Mahoma hoy casaría a parejas de homosexuales.
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