La soberbia en España impide la unidad

El humanitarismo de quienes se confiesan de izquierdas, rompe moldes. Se identifican en sus ideologías con la verdad. Y asaltan con ella en ristre que da miedo.

Su estrategia consiste en recoger en un costal todas las malaventuras de la tierra; desoír o ignorar todos los logros de los demás, que no sean suyos; ser generosos con los recursos de  otros; y siempre, como Voltaire, renegar en vida de la Iglesia católica y de sus ministros, aunque, al final de sus días, también como Voltaire, pidan que les traigan los "últimos sacramentos".

Las cosas así, España aparece con posturas irreconciliables, que también se explican por la intransigencia de las derechas, incapaces de ceder un ápice siquiera en cuestiones opinables. 

El partido Bildu expulsado ahora de la alcaldía de San Sebastián por su incompetencia y su hincapié en generar divisiones entre los ciudadanos durante tres años, resulta que ahora lo votan en Pamplona, la capital de Navarra, para que siga haciendo más de lo mismo.

Las grandes ciudades de España, Madrid, Barcelona y Valencia están divididas en varias facciones. Nadie sabe lo que quiere exactamente, excepto que no darán su brazo a torcer. Faltaba más.

Se precisa un poco más de tiempo quizá, para que veamos surgir de nuevo una gran batalla campal, de la que no se podrán reponer.

La soberbia, que no deja aprender, impide que haya esos diálogos que se estudian en los libros desde Platón. Pero es que España, y los españoles, se cuecen aparte. ¡Qué lástima!















 




Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando se acerca la muerte, y se piensa en el Purgatorio

La noche de las Perseidas, y san Lorenzo de Azoz

A veces se nos olvida que lo santos vivieron ---y viven--- en la tierra