Creatividad y ateísmo
Este concepto, nacido de la ideología marxista, ha ido desplazando a Dios, como creador de todas las cosas a partir de la nada, por el hombre, como ser capaz de crear algo.
El mundo de la publicidad, ávidos como están de presentar novedades continuamente al mundo, ha insertado sin dudar entre los pliegues de su disciplina práctica la rama de la "creatividad".
La noción de publicística usaba en Alemania para referirse a los estudios de Periodismo, con el fin "informar" a la sociedad de los asuntos relevantes que le conciernen. Pero a nadie de los dedicados a estos estudios se le hubiera ocurrido siquiera pensar en hacerlo "creativamente".
En el pensamiento marxista, Dios se elimina como el Ser supremo, Señor y dador de vida, y creador de todo lo que existe. La noción de "ser" ya suponía una cierta incomodidad a los intelectuales que se olvidarón de la Metafísica a partir del siglo XVII. Convenía más hacerle ver al hombre sus propias posibilidades, y que se concibiera a sí mismo como hacedor de cosas. De ahí ya sólo restaba un paso para que se decidiera a ir más allá, ahora, como transformador de todas las cosas. El hombre, visto así en el siglo XIX, era entonces capaz de todo. Sólo se necesitaba de tiempo para que las diversas revoluciones comenzaran a plasmar el mundo a su imagen y semejanza.
Esto era la creatividad, un concepto que potenciaba al hombre a costa de dejar de lado la sujeción a los controles y planes de Dios.
Por esta razón no deja de causarme un cierto ruido cuando alguien se presenta o es presentado como un "creativo", en cualquier faceta de la vida.
De hecho, en estos tiempos que corren, si los creativos volaran no se vería el sol. Cada quien quiere organizarse la vida por su cuenta, sin saber verdaderamente lo que quiere.
El mundo de la publicidad, ávidos como están de presentar novedades continuamente al mundo, ha insertado sin dudar entre los pliegues de su disciplina práctica la rama de la "creatividad".
La noción de publicística usaba en Alemania para referirse a los estudios de Periodismo, con el fin "informar" a la sociedad de los asuntos relevantes que le conciernen. Pero a nadie de los dedicados a estos estudios se le hubiera ocurrido siquiera pensar en hacerlo "creativamente".
En el pensamiento marxista, Dios se elimina como el Ser supremo, Señor y dador de vida, y creador de todo lo que existe. La noción de "ser" ya suponía una cierta incomodidad a los intelectuales que se olvidarón de la Metafísica a partir del siglo XVII. Convenía más hacerle ver al hombre sus propias posibilidades, y que se concibiera a sí mismo como hacedor de cosas. De ahí ya sólo restaba un paso para que se decidiera a ir más allá, ahora, como transformador de todas las cosas. El hombre, visto así en el siglo XIX, era entonces capaz de todo. Sólo se necesitaba de tiempo para que las diversas revoluciones comenzaran a plasmar el mundo a su imagen y semejanza.
Esto era la creatividad, un concepto que potenciaba al hombre a costa de dejar de lado la sujeción a los controles y planes de Dios.
Por esta razón no deja de causarme un cierto ruido cuando alguien se presenta o es presentado como un "creativo", en cualquier faceta de la vida.
De hecho, en estos tiempos que corren, si los creativos volaran no se vería el sol. Cada quien quiere organizarse la vida por su cuenta, sin saber verdaderamente lo que quiere.
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