¿Feliz mintiendo?

El reino de la mentira

En los últimos años, se escucha con más frecuencia la pregunta: ¿Qué hemos hecho mal para que nos vaya tal mal?

Esta pregunta se la formula de alguna manera el hombre de la calle; esa persona que debe levantarse temprano para sacar a su familia adelante, y regresa a su casa tarde para ver que tiene quizá lo justo para vivir.

¿Qué hemos hecho mal? Las respuestas a estas preguntas, cuando alguien no se maneja en la complejísimas redes de la economía y de la política social, se limita a decir algo que tal vez se a verdad, pero que no permite ver la luz al final del túnel: Es la corrupción; todos roban, y así nos va.

En efecto, la corrupción es una forma de mentir, y cuando el reino de la mentira se extiende a otras circunstancias de la vida, a todos nos empieza a ir peor.

 Eso no quiere decir que si decimos la verdad en el reino de la mentira, nos vaya a ir bien; pero por lo  menos comenzaremos a llamar a las cosas por su nombre, empezaremos a ser buenos, e iremos adhiriéndonos a la virtud.

El principio del camino para ser feliz. O, dicho de otra manera, sin virtudes no se puede ser feliz. Así las cosas, elija usted.




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