Fiesta de santo Tomás de Aquino, hoy

Los biógrafos cuentan que santo Tomás de Aquino (1225-1274) recorrió a pie en sus viajes, "no menos de" 15 mil kilómetros, algunos de ellos atravesando los Alpes. 

Era corpulento, y quizá el retrato que lo plasma mejor es el de Sandro Boticelli, unos años después de su muerte,  con una poderosa cabeza, la mirada penetrante, mientras sostiene un libro y un tintero en una mano, y en la otra, el recado de escribir. Su cabello, "rubio como el trigo" y escaso, según  Guillermo de Tocco, otro fraile de la orden dominicana, y autor de la biografía más completa de santo Tomás.

Se ha hablado mucho del intelectual que impartía clases en la Universidad de la Sorbona, en París, pero se suele omitir que era un predicador estupendo cuando dirigía sus sermones a la gente sencilla, sin estudios, que le escuchaba con gran reverencia. 

Cuando le tocó predicar en la basílica de Santa María la Mayor, durante la Semana Santa, sus consideraciones de la Pasión provocaban las lágrimas de los fieles y la alegría al contemplar a María el día de la Resurrección.

El papa Pío V (1567) declara a santo Tomás, doctor de la Iglesia. Después, todos los papas a partir de León XIII (1879), quien restaura el tomismo, aconsejan u ordenan (san Pío X) la obra de la Suma Teológica para los estudios de Teología, y por nombramiento de Pío XI (1923), uno de los 34 doctores comunes de la Iglesia hasta nuestros días. Finalmente, Juan Pablo II le confiere el título de Doctor humanitatis.

Quiere, en su humildad, proseguir el oficio de sabio, aunque exceda sus propias fuerzas. Dice: "Soy consciente de que el principal deber de mi vida para con Dios es esforzarme porque mi lengua y todos mis sentidos hablen de Él". El oficio de sabio consistía para santo Tomás, en que su boca pronunciara la verdad, y que se impugnara el error contrario. Supo unir en sus estudios la fe y la razón, cosa nada fácil, y granjearse de grandes amigos a pesar de los ataques recibidos en vida y después de su muerte.

Su obra contiene alrededor de 8 millones de palabras, escritas en 22 años. Para él el hombre, como imagen de Dios, es "un ser intelectual, con libre albedrío y potestad propia". Parco en sus definiciones, lo era también en su vida privada, en la comida y el cuidado de su cuerpo.

Su vida es apasionante. No tuvo un minuto de reposo. Su sabiduría, según le confesó a su acompañante de siempre, fray Reginaldo, no la había conseguido por ingenio propio, sino por medio de la oración, algo que tal vez aprendió de su maestro, verdaderamente sabio, san Alberto Magno.

El papa Benedicto XVI confiesa que santo Tomás es uno de sus amigos santos.

Para que no se desanime nadie.

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