En las catacumbas de san Pedro en Roma







Si a la hora de morir no sabe qué poner en su epitafio, aquí le vamos a sugerir uno.

Esta idea viene de una visita a las catacumbas que se hallan debajo de la basílica de san Pedro, en el corazón del Vaticano.

La entrada se concede cada día a unos pocos, dado que el descenso se produce a través de unos corredores muy estrechos, que desembocan en la tumba del apóstol Pedro. 

El camino hacia el sarcófago del apóstol, tiene a su derecha e izquierda una serie de tumbas, dado que ese lugar de la colina Vaticano se destinaba a un cementerio, pagano, al principio; luego, conforme los primeros conversos fallecían, también los cristianos se enterraban ahí.

Digo esto porque el bajar, me llamó la atención una lápida. Tenia en el vértice superior derecho el anagrama del nombre de Jesús, caracterizado por dos letras del alfabeto griego.

Lo interesante se descubría el leer el epitafio, escrito en latín: Aquí yace Cayo, que vivió siempre alegre, y siempre fue amigo de sus amigos.

Un ejemplo de vida, resumido en pocas palabras, digno de ser tenido en cuenta. Los tiempos del emperador Nerón no dejaban vivir tranquilos a los primeros cristianos. Se sabían perseguidos. Y en medio de ese ambiente hostil, cultivaban la amistad y vivían alegremente.


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