Madres adolescentes


Una madre adolescente en Torreón, Méjico.





En una nota publicada en un diario mejicano, precisamente hoy, que se celebra el "día de las madres" como algo casi sagrado, las madres adolescentes han batido un récord: el rango de mujeres menores de 19 años han dado a luz a 340 mil nacimientos, consiguiendo así el primer lugar  en el grupo de países de la OCDE. Otros hablan de 430 mil al año, casi la cuarta parte de todos los nacimientos de todo el país.

La autora del artículo tilda de "vergonzoso" ese primer lugar. Sin duda, se desprende de la lectura que la mayoría de estas jóvenes no están casadas. En este sentido, si podría considerarse una vergüenza, pero la autora se queja más de que casi el 45% no usó ningún tipo de anticonceptivo.

Es decir, importa menos el hecho de acostarse a "troche y moche" con quien sea, que el hecho de no usar contraceptivos (por temor a quedarse embarazadas).

Pero hay otro dato, no mencionado: estas jóvenes no recurrieron al aborto para deshacerse de esa persona concebida en sus seno, a pesar de los pesares. Por lo menos se respetó la vida del nasciturus. 

Se ve un rompimiento en la manera de pensar de quienes ven la maternidad como un peso, un constreñimiento, un socavar la libertad personal y la generación de nuestros padres, por ejemplo, que, con muchos menos recursos, estaban abiertos a la vida y gracias a tal idea estamos aquí.

Celebrar la maternidad es un logro. Y cambiarla por un plato de lentejas supone un retroceso en el ámbito de lo familiar de consecuencias irreversibles. Por ejemplo, postergar un embarazo a los límites de edad posible o entrar en el mercado de los "vientres de alquiler", son alternativas posibles propuestas por la ciencia a quienes sin dejar de  aferrarse a su estilo de vida desean también la tenencia de un hijo, costase lo que costare.

En efecto, la verdadera vergüenza de hoy es no tenerla viendo a las hijas, a nuestras mujeres acostarse con el pretendiente de turno después de una fiesta y al día siguiente acudir al trabajo sin remordimiento alguno, sin dar cuentas a nadie. Este es el "cambio" de cultura demandado incluso por profesoras de psicología de instituciones universitarias  regentadas por órdenes religiosas.

Ahora bien, no se le ocurra fumar un cigarrillo porque atenta contra todo lo establecido, y resultaría molesto en una celebración del "día de las madres".

Se necesita del ejemplo de los mayores  y de algunos cursos de formación para aprender a valorar el don de la maternidad, y la importancia de darle su lugar en la vida familiar y social.

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