La Virgen de Fátima y la política

Alea jacta est, "la suerte está echada". Los políticos de Portugal, su gobierno, han cerrado las fronteras de Portugal. Sólo desde Galicia, España, han frenado a 40 mil conductores para realizar sus operaciones diarias durante la visita del Papa Francisco a la Virgen María.

¿Qué hacer? Por un lado, las autoridades portuguesas quieren blindarse de cualquier intento de violencia durante estos días, que las tacharía de incapaces. Por otro, se manda una señal al mundo de que el "enemigo", al contrario de la advertencia de  John F. Kenendy,  no está "en casa" sino fuera. Y para cuidarnos de él, se deben cerrar o dificultar al menos, los pasos fronterizos.

Algo similar ocurrió hace 100 años, cuando a voz de las apariciones comenzó a discurrir de boca en boca entre los devotos y curiosos. Las "fuerzas del orden" (el "orden suele ser "tranquilidad, no "fuerza") trataron de prevenir los accesos del público a Cova de Iria. Todo resultó inútil en ese 1917.

La I Guerra Mundial se hallaba en pleno apogeo. En medio de luces "como" de  relámpago, el día 13, apareció una Señora "vestida toda de blanco", "más brillante que el sol", "a metro y medio de distancia".

--"No tengáis miedo", les dijo. "Soy del Cielo". María les pidió rezar el "rosario" "todos los días para alcanzar la paz para el mundo y el fin de la guerra".

Muy pocos políticos se atreverían hoy a ponerse de rodillas  y rezar el "rosario", una opción económica y eficaz, como demostró ser la liberación de Portugal de todo conflicto armado en la primera mitad del siglo XX. Rezar el rosario sale gratis, pero las sumas millonarias del armamento bélico arruinan a cualquier país y lo hace dependiente de otros por varias generaciones. Mientras la pobreza de los de siempre, cobra nuevas víctimas.

En la segunda aparición, María les alienta a vivir la devoción a su "Inmaculado Corazón", como una práctica en el mundo querida por Dios para alcanzar la "salvación".

En la tercera, la Virgen pide más rosarios y sacrificios por los pecadores. Luego, al abrir sus manos, vieron como un "mar de fuego" y los demonios y las almas danzaban sin peso al ritmo de las llamas. Anuncia, si no se enmienda el mundo otra guerra peor que la anterior. Rusia se convertirá y habrá paz si se atienden sus peticiones.

El día 13 del mes de agosto, María les pide de nuevo que rezaran mucho, "y haced sacrificios por los pecadores pues van muchas almas la infierno", por no tener quien rece por ellas. 

En septiembre, curó a muchos y prometió un gran milagro y la presencia de Nuestra Señora de los Dolores y del Carmen, y san José con el Niño Jesús.

El 13 de octubre de 1917, lluvioso, acudieron multitudes a la cita. Les pide que levanten una capilla en su honra, y les dice su nombre: Nuestra Señora del Rosario. La guerra v a terminar y los soldados regresaran a casa. Vieron también su imagen reflejada en el sol y san José y el Niño impartiendo la bendición.

Los miles de personas que mañana se hallen en Fátima, revivirán esta secuencia de manera especial. Francisco es el cuarto papa presente en Portugal para visitar a la Virgen.

Las promesas a la Virgen, se han cumplido. El mundo, con Rusia incluida, se consagró al corazón Inmaculado de María, por medio de san Juan Pablo II el 25 de marzo de 1984, y Lucia, en una carta del 8 de noviembre de 1989 afirmaba que la "consagración" había sido bien hecha.

Ahora sólo queda es parte correspondiente a cada uno: rezar diariamente el santo rosario y ofrecer sacrificios por los demás. Si se hace esto, ella se encargará de nuestra alma a la hora de la muerte.


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