Ni a Europa ni a Gran Bretaña les importa el hombre, y, por tanto, la amistad


Robert Shuman (1886-1963), Padre de Europa.

La  vida del hombre en Europa, se ha ido decantando hacia  ser instruido. Pero ha quedado cada vez más lejos de la preocupación por  ser humano  ser culto, reducido como está a mero ente económico Por eso Europa se está desmoronando.

El cristianismo, que dio origen a Europa (con perdón de la diosa griega que  empaña los billetes de 50 euros), dándole vitalidad desde sus raíces griegas, alcanzó su configuración actual con la figura de Robert Schuman (1886-1963). El llamado Padre de Europa, introducida ya su "causa de beatificación", debería ser la referencia de nuevo en el dislate de la Unión Europea.

¿Por qué? Todo el drama actual del Brexit, las lagrimas si las hay, se reduce a consideraciones económicas. En  una relación económica, lo que cuenta es el interés. Los intereses. 

El "afecto" por el otro ha desaparecido, o bien, nunca lo hubo. Los ingleses, desde la misma mayoría por la que han votado, enseñan el cobre de su acercamiento a Europa. No nos interesa en estas condiciones.

Asimismo, los 300 mil británicos que viven en España, la mayoría jubilados, tampoco les interesa Europa aunque se refugien en sus costas. Les interesa el placer, además de la conveniencia,  como principal motor de su acercamiento. En la escala de la amistad ésa es la más rastrera de las razones para concertar una relación.

Un verdadero amigo, cuando el otro necesita ayuda, se acerca para ofrecer sus cuidados o para saber de su condición. Por el contrario, quien se mueve por interés o va tras la búsqueda del placer, se aleja en los momentos críticos para no quedarse atrapado en lo que ya no da más de sí.


La noción de  "progreso", nacida en suelo inglés  des de l siglo XVIII,  si bien aparece preocupada por la "libertad" y la "justicia", usa al hombre para su fin adiestrándolo, olvidándose de las esencias, tal como sería la del "amor humano". 

Pero el hombre no es una ser "para", sino un fin en sí mismo. No se puede "instrumentalizar" una relación bajo ningún concepto.

Por eso Inglaterra, Gran Bretaña, los ingleses, dan pena. Verlos en su intento de alejamiento de Europa da pena ajena. Por su pobreza de espíritu. Y eso no quita que, quienes se querían quedar en la UE, lo hicieran por cariño. 

Pero, la UE no queda exenta de culpa. Al no hacer sabido cultivar esa verdadera amistad con quienes se le acercan, entretenidos como están en sus preocupaciones materiales, lejos, muy lejos, de las esencias del hombre, dan pie a estas situaciones, preludio de tensiones e incertidumbres.

Sí, es una pena. Hay que volver la mirada, al Padre de Europa, y saber su vida, si de veras queremos renacer de sus raíces.











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