USA y GB se burlan del exterior: EL MATRIMONIO HOMOXESUAL no es un derecho

La nueva embajadora de Estados Unidos en Méjico, señora Jacobson (en el centro), participa en la marcha del orgullo gay a los días de su nombramiento.




Ingleses y americanos tienen muchas cosas en común, además del idioma (si bien los ingleses lo negarían). Una, muy actual, es la falta de respeto hacia el exterior, es decir, los países con quienes tienes relaciones diplomáticas.

En efecto, cuando se recibe a un invitado en casa, o en un país, quien tiene la suerte de ser acogido, si tiene buena educación, trata de adecuarse lo más posible a los gustos de quien invita, o , por lo menos, no exhibir facetas que pudieran ser molestas para quien cursa la invitación. Acudir a una invitación y actuar como a uno le da la gana, es, por lo menos de mala educación. Y algo así ha ocurrido con las "relaciones exteriores" de Inglaterra y Estados Unidos, emparejados en este caso, por la burla o la indiferencia hacia el resto del mundo.

Por supuesto, la señora Theresa May, ahora primer ministro del Reino Unido, acaba de designar a Boris Johnson, como ministro de Asuntos Exteriores, conocido por su batalla a favor del Brexit, por haber regentado la alcaldía de Londres y por  estrafalario y su alocada melena, junto a otros dos más encargados de negociar los aspectos económicos y políticos, a quienes el conocido periodista inglés  John Carlin, califica de "chiflados".

Es decir, la señora May pone a negociar su salida de Europa a quien es un recalcitrante enemigo de pertenecer a ella. GB se quiere ir sin irse, poniendo condiciones.

En la misma línea, el presidente Obama, ha nombrado como representantes de su país a declarados homosexuales. Este no es el problema. El problema radica en que no tienen ni idea de los trabajos relacionados con este encargo. Esto último es lo malo. Su mérito hay que buscarlo fuera de la carrera diplomática, justo en la contribución millonaria hecha a la campaña de Obama. Como premio, el presidente les dio a la pareja homosexual la representación de su país en España, y los dos se desenvuelven en ese encargo  como embajador y como primera dama masculina. 

Asimismo, el representante de USA en la República Dominicana milita en el "colectivo" gay y se decida más a su propaganda en el país que a las labores propias propias de su cargo. El repudio de la sociedad dominicana ha sido olímpicamente ignorado, y las protestas no han sido escuchadas, pues vienen de un diminuto aliado, al que le toca aguantar.

Y el presidente Obama ha vuelto a hacer de las suyas, enviando a México como embajadora a una abierta partidaria de la comunidad de combinaciones sexuales posibles,  pues, según afirmó ella, es parte del "trabajo diplomático" encargado por el señor Obama. Muy obediente a estas instrucciones, desfiló con la marcha gay en la ciudad justo a la primera semana de haber llegado al cargo, pero se quiere ignorar la reciente declaración sobre el tema del tribunal de los Derechos Humanos  de Estrasburgo, el más importante del mundo.

Pues bien, ni en Estados Unidos (hay 13 estados que no lo aprueban --aunque ahora deben hacerlo a fuerza-- y un 40% de la población está en contra) ni en Inglaterra, países emisores de elementos conspicuos a sus embajadas, ni los países receptores de estos representantes "atípicos", la mayoría de la población no aprueba, por ejemplo, el "matrimonio gay" ni otras manifestaciones públicas de gente semidesnuda y provocadora por muy democráticas que parezcan. Sólo 19  países en todo el mundo aprueban tales prácticas; con todas las reservas de por medio, como en el caso de México,  la aprobación del presidente de la República la rechaza el 53% de los ciudadanos.

Ya está bien, poderosos países, amigos de cumplir, teóricamente, las normas emanadas de los acuerdos internacionales: En Estrasburgo, el tribunal de los Derechos Humanos, ha establecido que "no existe el derecho al matrimonio homoxesual". Esto se ha decidido por unanimidad por los 47 jueces que conforman el tribunal

Además (esto para el señor Obama y la señora Robinson,  embajadora de USA en México), la familia consiste en la unión de un hombre y una mujer, y no se debe imponer la obligación de abrir el matrimonio a "las personas del mismo sexo"

Por consiguiente, este dictadura de las costumbres de quienes se disfrazan de diálogo, nos parece fuera de lugar, lo diga Agamenón o su porquero, la señora May o el señor Obama.



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