Docta ignorantia: moverse sin voluntad en las redes sociales

Algunos de nuestros educadores, sean padres o profesores, están en Babia. 

Estamos cayendo en una  generación apabullante que, cual arácnidos, trepan y descienden por las redes sociales creadas por ellos mismos, sin saber, quizá, que, muchos de ellos, quedarán atrapados por siempre en esos mismos hilos tendidos a los demás, a quienes desconocen  en su mayoría.

Pero, hay más. La fuerza de la imágenes resulta irresistible, sobre todo, ante una voluntad apenas ejercitada en las virtudes humanas. Los padres, condescendientes al sumo, parecen incapaces de negar nada al niño impertinente, enfadado para siempre si no obtiene, alimentado como está, con la barahunta de imágenes recibidas y buscadas en los hilos de la red.

Hay un psicólogo francés, Coué, que presenta una relación interesante entre voluntad y la imagen, digna, por lo menos, de ser considerada. Expresa así, esta relación: "Cuando existe una lucha entre la voluntad y la imagen, la fuerza de la imagen crece en una proporción equivalente el cuadrado de la voluntad". Casi como el teorema de Pitágoras. Un ejemplo de esta lucha desigual, se puede ver en la agonía de Jesús en el huerto. Suda sangre. Y recibe la ayuda de un ángel para sobreponerse en esa desigual batalla.
Nuestros jóvenes, y ahora niños también, se acuestan, se levantan y deambulan colgados de la red. La voluntad no se ejercita por medio del estudio, pues todo ese "rollo", inservible para el día a día, ya está en la red. No hace salir de ella, porque en ella se puede encontrar de todo.

Ahí está el engaño. Se quiere conquistar el mundo con imágenes. Lo que no tiene imágenes pertenece al ayer, es de otro mundo, parecen decir. Pero el entendimiento no funciona con imágenes. El ámbito de sus intuiciones es la realidad, que no es lo mismo. Y a partir de ella se fabrican esas imágenes.

Sin realidad, la razón no se ilumina para proceder al esclarecimiento de lo que algo es, eso que ha sido entendido, pero necesita ser procesado para establecer juicios.

En fin. La voluntad, en sus complejos procesos, debe actuar y querer el bien que se le presenta, según la razón. Pero una voluntad sin ejercicio continuado y serio, no perseverará cuando surjan las dificultades. Esa incapacidad de fijar, mejor dicho, de querer fijar la atención durante el tiempo necesario para hacerse una idea de lo que se trata.

Además se tiene la droga perfecta: burundanga, la droga que anula la voluntad. cada vez con más penetración entre la juventud.

Este es un aviso, Hay mucho que se puede hacer desde el hogar, y también en el apoyo sostenido del sistema escolar.










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