La Virgen del Rosario salvó a Europa en Lepanto: gran ejemplo para hoy y el ISIS










La lista de aspectos negativos en la vida del hombre de cualquier país,  es interminable. Parece que las desgracias aumentan sin cesar. Y no se barajan con la misma fluidez, los bienes del día con día.

 Hoy celebramos, por ejemplo, la festividad de Nuestra Señora del Rosario. Esta fiesta tiene su origen con el papa PíoV, en el siglo XVI, en  la batalla decisiva de Lepanto, entre las restringidas tropas cristianas frente a la gigantesca avalancha de naves del imperio turco. Pío V rezó el rosario y lo hizo rezar a muchos para evitar la invasión de los otomanos en Europa. Venció la facción de don Juan de Austria, que llevaba el mando de las naves cristianas. San Pío V instauró esta fiesta de la Virgen y se estableció más adelante todo el mes de octubre como mes del Rosario.

 (Y en ella participó y perdió  un brazo, el tan aclamado Miguel de Cervantes Saavedra, del que este año se celebra el IV centenario de su fallecimiento). Silencio.

 Este hecho se silencia. No es una cosa buena esconder lo bueno. Frente al acoso actual de las fuerzas radicales del Islam en todo el mundo, se podría recordar  lo sucedido en esta experiencia paralela ocurrida en el siglo XVI. Rezar el rosario. No cuesta mucho y se podría así derrotar de nuevo a estos operarios de la iniquidad. Sin violencia. Con el crédito que esta devoción ha supuesto a lo largo de la historia. ¿Por que se calla lo bueno?

 Por ejemplo, los atentados a la revista Charlie Hebdo y a las playas de Niza este verano merecen una respuesta en cuyo seno se encierre una buena noticia para quienes, desorientados, inseguros frente a la barbarie de quienes nada ni nadie respetan. 

 Se puede recomendar como algo probado y bueno, el rezo del rosario. No importa que dos de las víctimas del Hebdo fueran masones, como también lo son el presidente de la República Francesa, Hollande,  y su primer ministro Valls (y muchos otros miembros de su gabinete) que tan merecido duelo organizaron por estas masacres. 

 Si se calla lo bueno, sólo nos queda airear lo malo. Y esto ni es justo ni  bueno.





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