Educación privada: un fracaso si no se forma a los padres






¿Tiene que ver algo en política el hecho de que los hijos estudien en un centro educativo privado o público?

Después de los resultados de la elecciones políticas en España, y el poco tino de los encuestadores de opinión a la hora de pronosticar las tendencias del voto, todos buscan una salida a la discrepancia entre las intenciones y emisiones.

No quiero entrar a ser uno más enturbiando las aguas, ya de por sí sucias, del proceso político en dos elecciones en un plazo de seis meses. Sólo deseo apuntar un dato, a sabiendas de que jamás una faceta del proceso iluminará el todo.

Resulta interesante, desde luego, hablar con las personas de la calle. En mi caso, los taxistas fueron mis primeras víctimas, aunque no descuidé a los representantes políticos de alguno de los partidos en contienda, en alguna de las provincias españolas.

Para empezar, un taxista madrileño de pura cepa, del barrio de Vallecas de toda la vida, me comentaba de su disgusto por la situación de España debido a la falta de acierto de las políticas en diversos rublos. Pero me llamó poderosamente la atención lo siguiente, que transcribo.

Los hijos de este señor de clase media baja, estudiaban en un colegio privado de Vallecas con una reputación envidiable, según las estadísticas comparativas provistas por este padre de familia. 

Este colegio provee formación católica a los alumnos, pero también, según se lee en sus programas, a los padres de familia. Este aspecto concreto viene a ser una de las diferencias específicas de este centro educativo respecto a otros.

Lo que no acababa de cuadrar en este esquema es que el señor taxista, padre de familia, era  y votaba por grupos y partidos radicales de izquierda.

Este dato aislado, encontró cierto soporte en una nota periodística del día siguiente. Resulta que, una encuesta a nivel nacional, marcaba que la probabilidad de que los padres de familias cuyos hijos estudiaban en colegios privados votaran por la izquierda, era poco menos de dos  puntos porcentual por debajo de quienes sus hijos estudiaban en escuelas públicas.

Cuando comenté este dato con los representantes de un partido político, diciéndoles que la clave de las elecciones estaba en la calidad de la formación impartida a los padres de familia de los colegios privados, no supo qué decirme.

Por tanto, si tomamos estos datos con la precaución debida, no vienen a decir que la calidad de la formación impartida a los padres en los centros privados es escasa o no suficiente para definir la política personal.

Cuando vemos que los padres se decantan por una opción que atenta contra la valores de la persona, la libertad religiosa o incluso la misma educación privada que reciben sus propios hijos...algo anda mal en la educación privada.

Y es que, decir privada se queda en casi nada, si no se especifica que ahí se imparten valores cristianos, también para los padres de familia.














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