¿Ocio nocturno? ¿Qué significa? ¿Hasta cuándo la mentira en el periodismo?



Este personaje se suicida en la cárcel después de emprender innumerables neg-ocios relacionados con la prostitución VIP y las drogas en Estados Unidos.



Quienes degeneran las costumbres, no se detienen, por supuesto, ante el lenguaje. Más bien, lo prostituyen también para enmascarar la indecencia de sus intenciones y andares.

Vamos por partes. Ocio, desde el tiempo de los griegos, significa escuela. Es el lugar donde se enseña la contemplación de la verdad. Esta tradición se va a instalar incluso en el pensar de la Edad  Media y en su relación con la vida contemplativa.

Pero poco importarían estas pinceladas de historia si no calaran en los fundamentos del hombre. El hombre fue creado para trabajar. Pero ese trabajo primero consistía en contemplar lo creado, es decir, mirar sin tensión (algo distinto del "ver", que consiste en una "actividad") y dar un nombre a cada cosa que es al conocerla.

Hoy se ha forzado el concepto de ocio a zonas insospechados por quienes no saben y, presumiblemente, no quieren saber su significado. Para empezar, quieren añadir al concepto un adjetivo, con el fin de calificar una actividad: ocio "nocturno". Con ello pretenden encubrir la prostitución, la borrachera, el "botellón", la venta y consumo de droga, la danza en cabarets hasta altas horas de la madrugada (casi o sin casi hasta el amanecer) y toda la degradación posible de las actividades en la trata de personas, sean o no menores. Se sabe que el 80% de las mujeres a estos giros nocturnos se dedica a él en contra de su voluntad.

A esto le llaman "ocio nocturno". ¡Qué elegantes! No contentos con denigrar la persona y la perfección del amor se entretienen en perjuicio de los demás. El fin es el negocio (neg-otium), es decir, la supresión del ocio a toda costa, mediante la explotación de actividades serviles, impropias de la persona. 

Ahora lloran esos dueños de la estas "actividades" porque el embate del Covid-19 les ha mermado el "negocio" porque sólo pueden estar hasta las dos de la madrugada y tildan de insensibles a quienes tales normas aprueban. Quieren que se les quite todo tipo de restricciones para ejercer sin limitación alguna  su giro profesional, sin distancias que guardar ni respeto a los horarios. 

El ocio es una actividad de la persona para descubrir la realidad de las cosas. Implica la presencia del "silencio", la "contemplación del espíritu" y el dirigirse al bien propio de la persona, lejos de la actividad animal, que corroe y denigra la concepción del ocio.

No puede ser que el periodismo actual no distinga, desvirtúe y propague nociones contrarias a la dignidad del hombre adecuándose, no a la verdad del ocio,  que es el fin de su profesión, sino al capricho de los tiempos.


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