¿Por qué dIsminuye el número de hijos? ¿Falta piedad?

Se está dando una reducción considerable el el número de hijos por familia. ¿Por qué?

Se están eliminando lo que dura para siempre: El matrimonio y la vida. Sobre todo, la esperanza de la vida eterna. Al faltar ésta, no importa tanto la situación del mundo para decidirse a traer o no hijos al mundo. Importa más ese ir diluyendo la fe en el más allá,  debido a las preocupaciones de los negocios llevados entre manos, a donde deberíamos encaminarnos con los hijos.

Se va pactando demasiado, quizá sin darse cuenta, con el Zeitgeist, el espírtu de los tiempos, hasta llegar a decir, en el caso de España, que se se trata de un país  "muy avanzado demográficamente" porque, y aquí el punto del experto en el tema del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científcas) "la mujer tiene menos hijos y los tiene más tarde". Es decir, ahora resulta un avance el vacío de nacimientos, el invierno demográfico donde no se llega al nivel de reemplazo de una generación por la siguiente.

Una familia sin hijos, apunta a la soledad desde la soledad misma. La gente está atraída por el futuro. Y de esa mirada, la imaginación se llena de miedo, de terror a veces. El terreno del presente queda bajo el dominio de la percepción. Pero ésta se halla distraída, con otras cosas, y la mirada centrada durante horas del día y de la noche, no ve la realidad actual.

Por lo tanto, el miedo llena parte de la vida de muchos contemporáneos. Cada día tiene su propio afán, sí, pero el futuro atrae con gran fuerza y nos habla de la muerte. La estrategia seguida por tantos pensadores y gente ordinaria en tantos lugares consiste en echar tierra sobre ese hecho, en fin, algo que nos lo quite del primer plano de la vida. Pero sigue ahí, agazapado, y nos ronda en la desaparición de familiares y amigos, de vecinos y ciudadanos de todos los rincones del orbe.

La muerte, entonces, si bien no se puede negar, se enmascara...

Las personas que tienden a no engendrar hijos, se debe a la falta de veneración por el origen. Es decir, les faltaría piedad, una carencia alimentada por el liberalismo. Cada quien a lo suyo. El ayer y el porvenir son otros tiempos.

La piedad es una virtud relacionada tanto con el origen (el pasado) de donde se viene como con el fin (futuro) a donde se va. Por tanto, implica un respeto a los padres, y a Dios como autor de la vida. Asimismo, el fin llama a reunirse con quien ha dado el ser, y esa es una dicha inmerecida. Y claro, si se saca a Dios de ese encuentro ineludible, la incertidumbre crece exponencialmente. 

Entonces, es difícil engendrar cuando no se respeta y ama el origen, ni se ilusiona con llevar a los hijos a ese final feliz. El hombre se realiza como tal en la cooperación. No hay sistema tan exacto sin necesidad de un permanente ajuste. Nunca da el 100% de lo esperado. Por eso se debe intervenir para remediar las carencias de un semejante, sin dar sólo de lo sobrante.

Pero tampoco se engendra cuando se vive el presente en las redes sociales, y se imagina lo peor del futuro, un vacío de donde surge el miedo, porque se ha eliminado todo lo que dura para siempre, sello de lo divino: el amor, el matrimonio, la vida (después de ésta viene la eterna). Y sin Dios, aparece la soledad radical y el temor.






Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando se acerca la muerte, y se piensa en el Purgatorio

La noche de las Perseidas, y san Lorenzo de Azoz

A veces se nos olvida que lo santos vivieron ---y viven--- en la tierra