Una buena noticia: Caminante, sí hay camino



El Pórtico de la Gloria, románico.
Punto final del Camino de Santiago, 
con la sonrisa de profetas y apóstoles que,
desde el siglo XII, 
esperan a los peregrinos.





El camino de
Santiago casi al inicio,

a su paso por Canfranc, España







"Puedes llegar a cualquier parte, siempre que andes lo suficiente". La frase es de Lewis Carroll.

Bueno, el cielo no es un lugar, pero, sin duda,  hay que dar pasos, caminar, para alcanzarlo. Lo mismo ocurre con el Camino de Santiago, que, si bien arranca de diferetnes sitios, se unifica en el Norte de España hasta concluir en Galicia, un recorrido medieval, en pleno auge hasta el día de hoy.

Desde los primeros cristianos, llamaban Camino al conjunto de verdades y al modo de vida que trataban de seguir a Jesucristo, de acuerdo a las enseñanzas de los apóstoles.

Se trataba de ir dando pasos en la vida interior. Al principio, tomando alimentos suaves, en forma de papilla; luego, ya consumiendo algo más sólido. Al menos, así lo describe san Pablo cuando se dirige a los primeros frutos de su apostolado por tierras de Asia.

Pero, al pasar el tiempo, el sentido de la frase queda, aunque se diga de diversas maneras. Status viatoris. En la Edad Media, así se le llamaba al estado de ese peregrinar en la tierra en espera de la llegada al status comprehensoris. Ir dando pasos hacia la plenitud.

Parece ser que el problema de hoy fundamental es que la gente, en su mayoría, no sabe a dónde va. Aceptado esto, la derivada  más lógica de este planteamiento, se cifra en un "vamos a pasarlo bien", como sea. Al fin y al cabo, si no me gusta me cambio a este otro lugar. 

Machado nos dirá con elegancia que no hay camino, que el camino se hace al andar, tan citado en nuestro tiempo. Y creo que acepta con demasiada facilidad estos versos. Vete donde quieras, parece decir,  tu harás el camino a golpe de tus pisadas.

El camino al cielo, descrito por ese status viatoris de tanto caminante de todos los tiempos, está claramente marcado. Se trata, no de improvisar, sino de seguir los pasos de Cristo. Contrario al reto de Machado, y a la indeterminación de Lewis Carroll, mucho antes que ellos, dos mil años antes, Jesús nos ha dicho claramente, que él es el camino

Está bien citar de oídas a todos los poetas que en la historia han sido. Pero, por eso mismo, uno tiene derecho a citar y recomendar a quien ha recorrido antes que nosotros el verdadero camino. 

¿Es árduo? Sí, pero  se disfruta, porque al saber adónde conduce el camino, vale la pena



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