La robótica y Hollywood cuando se pierde de vista al hombre


Hollywood este año se enfrenta con los negros por no haber nominado a ninguno a recibir el Óscar.

Este asunto, que puede dar mucho de qué hablar, enseña el desplazamiento de la sociedad en sus representantes más cultos, hacia un nihilismo que da vértigo.

Tratemos de explicarnos. La verdadera importancia de un hombre, es decir, el ser hombre, consiste en la consideración del hombre en sí mismo, en lo "esencial". Sin embargo, reparar en el color de un hombre se convierte en un aspecto "accidental".

Cuando la sociedad deja de lado la verdad de las cosas, una y otra vez nos estrellaremos en algún aspecto particular, que, si bien posee una cierta identidad, no resuelve,  por ejemplo, lo que la persona es. Es decir, lo que la persona es no se resuelve en su color.

Por consiguiente, discriminar a alguien por algo accidental denota una miopía considerable cuando se trata de evaluar el ser persona. Si de color se tratara, podríamos hacer un certamen para ver quién ostenta la negritud de manera más plena. Pero en el caso de Hollywood se trata de apreciar, no el color, sino a actuación de una persona en un papel determinado por el guión de una película.

Digo que tenemos que estar atentos a esas maneras de educar que no inducen a tomar lo accidental por lo esencial. No es que lo accidental no exista, pero lo hace en algo que es esencial. Y en este caso, no hablamos de colores sino de seres sustanciales.

Creo que estamos dejando al hombre en manos de las opiniones de quienes la forman a base de crearla en sus escritos o comentarios de radio y televisión. No interesa la mayoría de las veces saber si la persona se trata adecuadamente según lo que es,  sino en saber cuál es el costo de dar a un ciudadano, que es siempre una personal, el tratamiento debido.

Los señores de Silicon Valley, un  lugar muy cercano a Hollywood, se pavonean porque ya han dado con un robot capaz de cuidar a las personas mayores y a los enfermos, dándoles un seguimiento día y noche, que genera una cantidad considerable de datos muy útiles para conocer los procesos de los pacientes.

Pero,  como apuntan algunos críticos, E. Morozov entre ellos, el bienestar de los ciudadanos incluye también ocuparse de la dimensión espiritual y social del hombre, un trato que sólo otro semejante puede dar, y para ello se pagan impuestos. Sustituir, como sin fuera un verdadero triunfo a las personas por robots, por muchos beneficios que conlleve, no cubrirá nunca lo más esencial del hombre.´´´

Por tanto, si las decisiones de este calado quedan en manos de las empresas o del los gobiernos, va a resultar, como en Hollywood, que se deja lo más por loo menos; lo esencial por lo accidental.

Y en el fondo aletea en todo el mundo, el enfoque actual de la educación, desentendida como está de lo esencial del hombre. Sobre esto, reina un gran silencio.

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