Después de una guerra comienza otra, soterrada y peor

 

Quienes defienden la guerra como un remedio parcial a una situación inestable y conflictiva, cruel, no se dan cuenta de que después de una matanza sin contemplaciones de ningún tipo, sobreviene otra situación si cabe peor que la primera.

A repasar algunos datos de la Segunda Guerra Mundial no puede menos de estremecerse quien sepa de las calamidades vividas  durante un conflicto que quitó la vida a cerca de 40 millones de personas, el más sangriento de la historia. Después de tal matanza, se disparó el odio  en todos los frentes, en el corazón de las naciones y de las personas.

Por ejemplo, después del conflicto armado sólo en Berlin se violaron 110.000 mujeres alemanas, y nacieron 200.000 niños de padres extranjeros,  según informa el historiador  británico Keith Lowe en Continente Salvaje, recogido por la periodista Teresa Constenla en el diario El País. En su artículo se muestra también una fotografía donde dos prisioneros liberados se mofan de un antiguo guarda tendido sin defensa en el suelo, a quien después asesinarían. La rapiña de los vencedores tampoco tenía fin, así como las vilezas cometidas contra las mujeres del lugar, muchas veces a cambio de nada.

Vistas las cosas de esta manera, con el detalle desapasionado de quien sigue minuciosamente los hechos y no se deja persuadir por la lectura de libros y películas de la postguerra, nos inclina a pensar sobre las diferencias irreconciliables de las guerras de Oriente Medio, donde exterminio del contrario es la única meta del conflicto. Pensar en una coexistencia pacífica entre estos pueblos raya en la quimera, pues no se tocan siquiera los puntos candentes contemplados bajo un prisma moral.

Va a ser difícil perdonar y menos olvidar, la suerte de tantos niños, mujeres y civiles desaparecidos salvajemente en un ambiente de odio.

Por eso, cuanto más se prolongue la guerra, más heridas se causan a quienes han visto cómo el horror se va instalando en las vidas de los pueblos en conflicto, creando así una reserva de odio encerrada en el corazón de los sobrevivientes, que perdurará aun después de la reconstrucción de los países.

Vale la pena explorar, cuando las hay, las razones del odio.






Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando se acerca la muerte, y se piensa en el Purgatorio

La noche de las Perseidas, y san Lorenzo de Azoz

A veces se nos olvida que lo santos vivieron ---y viven--- en la tierra