Todavía la Virgen de Lourdes se acuerda hoy de los enfermos





Nuestra Señora de Lourdes, Francia, en la Gruta de Massabielle.






Hoy se cumple un año más de las apariciones de la Virgen María en Lourdes en 1858, a las orillas del río Gave. En dialecto bigourdan, del francés, en la región del sureste de Francia, María le dijo a Bernadette: 
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La niña no entendió el sentido de las palabras (El dogma de la Inmaculada Concepción de María apenas se había decretado en 1854). Y en el camino de vuelta a casa las iba recitando para grabarlas en su memoria y  decírselas al sacerdote Peyramale. 

 Al final de lo que se trata es estar para siempre al lado de Jesús. Y la mejor manera de lograrlo es no apartarse del lado de María, su madre. Así lo hacen los cientos de miles que cada año pasan por la explanada de Nuestra Señora de Lourdes para implorar su misericordia. 

 Jesús, al pasar por esta vida, iba curando todas las dolencias y atendía a los necesitados aunque casi no tuvieran fe. A veces bastaba la fe de otros para obrar el milagro. Iba a decir algo que roza lo ingenuo: Jesús se conforma con bien poco. Entonces, el lugar de las apariciones se ha convertido en un desfile de personas aquejadas de mil dolencias, y muchas de ellas han quedado curadas al visitar la Gruta de la Virgen de Lourdes. Tan es así, que Juan Pablo II instituyó este día 11 de febrero como el Día Mundial de los Enfermos.

 En fin, como si la Virgen hubiera aprendido a replicar hoy lo que vio hacer a su hijo durante tres años por los caminos de Israel, compadeciéndose de todos porque "andaban como ovejas sin pastor". Se trata, en el fondo, de esa curación profunda que es la conversión.

 Aún quedan unas cuantas horas antes de agotar el día, y le podemos pedir a nuestra Madre de Lourdes por todos nuestros familiares y allegados con algún padecimiento.

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