Cuando el Papa se asoma a la ventana del Vaticano a las 12


Pintura de Ignacio Díaz de Olano (1899) sobre el tema del Ángelus, donde vemos a una pareja de campesinos detener sus tareas para rezar a Nuestra Señora.



El Papa se asoma a la ventana de los aposentos del Vaticano cada domingo. Así sigue la costumbre de los papas anteriores: se abre la ventana a las 12 del mediodía, y se conecta con el cielo para recordarnos a todos con el rezo del Angelus el momento cumbre de la historia, cuando Dios decide solicitar a Maria, una joven judía, su aquiescencia para ser su madre y así comenzar el camino de salvación para el hombre y convertirse en  Emmanuel (Dios con nosotros).

 San Juan Pablo II se asomó a esa ventana del Vatican por última vez antes de irse al cielo, el domingo 30 de enero de 2005, pero no pudo pronunciar palabra alguna; sólo un gemido gutural debido al ahogamiento producido por una afección de la laringe, que se pudo apreciar desde la plaza de San Pedro. 

 La tradición de rezar el Ángelus se remonta al siglo XI con el papa Urbano II, según algunos, o al siglo XIV con Juan XXII, papa de1316 a 1334. Pero fue el rey de Francia Luis XI (1472)  quien impuso la costumbre de rezarlo tres veces al día: a las 6 de la mañana, al mediodía y  a las 6 de la tarde. Durante todos estos años ha habido muchas modificaciones en esta devoción a Nuestra señora, siendo  la última la de Pío IX, en el siglo XIX. 

 Tan arraigada estaba la costumbre que pintores afamados como Jean-François Millet (1859) y Ignacio Díaz de Olano (1899) dedicaron sus pinceles a pintar con realismo la costumbre de rezar el Ángelus en el campo, donde se aprecian los agricultores suspendiendo sus tareas para dirigirse a María al filo de las doce del mediodía.

 Desde luego, tiene sentido conservar esta tradición tan antigua, que nos recuerda el momento donde el sí de María nos abre las puertas de la "salvación" al género humano. Por eso todavía muchos católicos detienen sus tareas a las 12 para dirigirse a la Señora en el momento de su Concepción milagrosa del hijo de Dios.
 

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