Shakira y Jennifer López: enseñan..., pero no aprenden


Érase un matrimonio de los de antes, muy pegado a la rutina,  dotado de buen humor, donde se cuidaba el "fondo" y la "forma". No significa esto que los matrimonios de ahora no anden sobrados de humor. Pero, de hecho, apenas se casan y ya amenazan con desgajarse   e irse cada uno por su lado, sin dar tiempo  siquiera a una chispa de humor. Quizá por eso se van. Su falta de humor da risa (y bastante pena).

Permanecer implica sobre todo cuidar el "fondo" de la relación, por encima de la "forma" pero sin descuidar ésta.  Sin embargo ahora ni siquiera las  "formas" se cuidan. Ahí tenemos el caso de Shakira y su compañero Piqué,  jugador del Barcelona. Ella dice que no quiere casarse,  porque la seguridad del matrimonio facilitaría la infidelidad del hombre. Es mejor vivir  amancebados. Y a él no le importa que Shakira dé un espectáculo gratis de pornografía durante el intermedio de la final del juego  del Super Bowl en Miami, junto a la conocida Jennifer López.

Los media, como siempre, alaban la puesta en escena por primera vez de un show "latino". Pero daba pena ver a dos mujeres en su cuarentena tratando de lucirse delante de 200 millones de telespectadores con sus movimientos provocativos, indecentes, sin nada  en sus canciones  para justificarlos, excepto la publicidad generada para ellas por el espectáculo. ¡Qué exhibición de asco y vergüenza! Al pensar en Piqué y en quien sea el acompañante en turno de la López, no se entiende de qué está hecha su relación, cuando a la mujer a quien se dice admirar, se exhibe de esa manera en público.

A veces queremos ver qué está pasando con nuestros jóvenes. La fotografía completa sale de la suma de todos estas presentaciones en la sociedad, salpicada una y otra vez por manifestaciones donde la persona, la familia, las relaciones conyugales y sociales se ven denostadas sin que nadie diga una sola palabra. 

Pero el resultado es nefasto para la juventud, sin necesidad de invocar todo lo exhibido por las "redes sociales", para explicar el comportamiento actual de la vida de los jóvenes. También los centros de enseñanza se quieren sumar ahora a ese tono de desvergüenza diciendo que lo "sagrado" es subjetivo imponiéndoselo  a la niñez y a la juventud.

En efecto, ahora las diferentes instancias  educativas se van a aprovechar con el ejemplo de Shakira y Jennifer:  "enseñan", pero no aprenden. Algo imposible de concebir en un docente: enseñar sin aprender.

                                                                      











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