El sentido de la vida, ¿tiene sentido?








Si alguien nos dijera que el sentido de la vida consiste en algo distinto de la santidad, esa persona no estaría en sus cabales.

Saber de dónde se viene, y a dónde se va. En esto consiste el sentido de la vida. Sin Dios en el principio la vida sería imposible, y sin él en el final, sería "absurdo". Sin ser no se puede vivir, y sin ser al final sería la nada.

Pero, como de momento "somos",   con eso se resuelve el problema del principio, aunque se desconozca el "cómo". Luego sólo nos queda, ocuparse del final. 

No ha faltado quienes han iniciado la aventura del ser refiriéndose a  la "casualidad": se podría haber sido cualquier  cosa..., o no haber sido  siquiera. Otros, al eliminar el ser del principio, "juegan" entonces a vivir  la existencia, pues ya son; aunque como mal nacidos, reniegan del ser pues les conduce a una vida de padecimiento inútil, condenados sin libertad a ser sin remedio, sin haber podido elegir el no haber sido. Quienes, toman el camino de la conveniencia de creer haber conseguido dar muerte a dios,  al ese ser original, para encontrarse ahora en un vacío lleno de posibilidades sin un fin concreto más allá de la muerte.

En fin, ser para algo es la única opción con sentido. El ser del principio tiene un plan pero enseguida nos vemos siendo con libertad, a diferencia de otros seres sin ella. Es decir, el ser no tiene emparejada la libertad. Y sólo quien es, y es libre, puede dotar en un acto creador, consistente en pasar de la "nada" al ser, dar ambas cosas.

Por tanto, el sentido de la vida se encuentra cuando se descubre el plan personal para cada uno, y se decide poner  la libertad al servicio de ese plan.

El resultado de este proceso se llama felicidad, porque al obrar así se encuentra con el amor.











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