¿Qué ocurre cuando la sociedad se uniformiza?

El Jardín del Edén.





No es una casualidad encontrarse personas de otros lares, países, continentes, y descubrir lo similar de los puntos de vista sobre cuestiones controvertidas.  Ocurre con frecuencia. A ese proceder se le llama "moda". 

Debe de haber algo entonces capaz de fomentar esta uniformidad del pensar y del vivir. Incluso el decrecer de  la atención a las cuestiones de fe, podría deberse a este ponerse a la "moda".

Veamos. Dios crea a cada persona individualmente.  No en masa o en agregados. Uno a uno. Y a cada quien lo conoce por su nombre, porque ha dispuesto un nombre distinto para cada uno. 

Esta diversidad querida se constituye gracias a cada alma, imposible de parecerse a una a otra. Ella constituye la forma del hombre y lo orienta a su término. Gracias a esa alma, el ser humano tiene la facultad de hablar. Es un alma "intelectiva", es decir, racional.

Sin embargo, veamos la noción de "progreso" tan cacareada desde la Ilustración. Ese "progreso" nos está llevando a la uniformización, algo contrario al diseño original del hombre, desde el principio. Incluso se llama de manera distinta al "hombre"  (varón) y a la "mujer" (varona).  Lo diverso caba dentro de la "igualdad", sin uniformar.

La naturaleza, de alguna manera, se queja por la falta de oportunidades. Pensada para ser el resultado de una diversidad de personas, creadas para "ser fecundos y multiplicarse" con el fin de "labrar y cuidar" el "jardín del Edén". Pero no se han obedecido ninguno de los mandatos: se soslaya la importancia de ser fecundos ni multiplicarse, y entonces, esa falta de recursos humanos reduce  la producción de ideas necesarias para mantener la habitabilidad de la tierra. 

Si sumamos a esta situación la "uniformidad" en la manera de "pensar" debido la influencia de los media tenemos como resultado la tormenta perfecta para "cuidar" la diversidad ne ese jardín del Edén que nos ha sido dado.