Matrimonio y familia: ¡Prevalecerán!


Tímpano de la Iglesia de Santa María la Real (Olite, Navarra)
"Hay dos aspectos capitales en las vida de los pueblos: las leyes sobre el matrimonio y las leyes sobre enseñanza" (Forja, 99).

Esta afirmación de san Josemaría Escrivá data de 1987, cuando se publica la primera edición de  Forja. Poco  antes, por carta,  sor Lucia, la vidente de Fátima,  revela al entonces monseñor  Carlo Caffarra, en  1980:

“La batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del matrimonio y de la familia”.


La razón de esa carta se debía a una petición del papa Juan Pablo II a Caffarra para crear el Instituto Pontificio para los Estudios sobre Matrimonio y Familia, y este encargo le llevó a pedirle oraciones a sor Lucia. Pero esta monja carmelita le contestó en una larga carta con la cita anterior sobre le matrimonio y la familia.

Es interesante observar la fecha prevista para la inauguración del Instituto Pontificio para Estudios sobre Matrimonio y Familia: el 13 de mayo de 1981. Pero en ese día, el Papa sufrió el atentado contra su vida.

Todas estas "casualidades" tienen un "final feliz", a pesar de tantas contrariedades. Tanto en el caso del atentado contra la vida de Juan Pablo II, ahora, santo, como el "aviso" enviado por sor Lucia al cardenal Caffarra sobre el otro atentado contra la "familia y el matrimonio", tiene detrás a María, nuestra Madre.

Este es el punto a destacar de estos dos sucesos: los ataques van a seguir viniendo, pero María no va a dejar que la familia se pierda. Es cierto, las "leyes sobre el matrimonio" se van deteriorando aun en los países de arraigada tradición católica. Pero, al final, vencerá de una manera contundente, nuestra Madre Santa María, por una sencilla razón: ella es la Reina de la familia (así proclamada por Juan Pablo II en la "letanía lauretana"), y le ha pisado la cabeza a la "Serpiente", un anuncio hecho justo cuando esta alimaña ponzoñosa quiso desbaratar para siempre a la primera familia humana.

También la virgen María, acompañada de san José, su esposo, tuvieron que huir a Egipto con su hijo para defender la familia del famoso rey Herodes.

No estamos solos. En el camino, mientras llega el final, hay que agarrarse a la mano de nuestra Madre, quien todo lo puede, y seguir así el ejemplo de tantos que se nos adelantaron en el camino al cielo, pues ella es la Puerta de entrada.


Y el matrimonio entre un hombre y una mujer, y la familia formada por medio de la unión conyugal en su fin de  procrear hijos según la voluntad divina, prevalecerá, precisamente, porque es la columna de la sociedad desde el principio, aunque cada vez se vean más manifestaciones en su contra. 

Si le Iglesia resistirá hasta el final los embates del infierno, así ocurrirá con los hijos de las familias llamadas a formar esa Iglesia.









Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando se acerca la muerte, y se piensa en el Purgatorio

La noche de las Perseidas, y san Lorenzo de Azoz

A veces se nos olvida que lo santos vivieron ---y viven--- en la tierra