Hawking y los Reyes Magos: Ojalá que Stephen haya tenido éxito en su muerte

Stephen Hawking, ha fallecido hoy en Cambridge.





Astrofísico. Fama mundial. Sus "agujeros negros" del universo, permanecieron "negros", quizá, por no haber querido aceptar la presencia del misterio. 

La profesión de los Reyes Magos. La diferencia entre aquéllos y éste descansa en los hallazgos de antaño y en la tecnología, hoy incomparablemente más avanzada.

Pero, hay otro aspecto fundamental a considerar. Aquellos personajes sabios venidos de Oriente, según la tradición, no eran ni judíos ni, por supuesto, cristianos. Fue por medio de la ciencia, la suya, la de su tiempo, sin electrónica ni gigantes telescopios para otear el universo, su encuentro con Dios, difícil de descubrir a lo más grande encerrado en esa pequeñez, porque era tan sólo un niño recién nacido, escondido entre las casas de Belén.

Al emprender su camino, vieron la estrella, les llamó la atención y la siguieron. No cejaron en sus pesquisas y preguntaron al mismo rey Herodes.

Después de ver y reconocer al Niño como Dios, se volvieron a casa por otro camino. Habían descubierto por la fe en esa criatura recostada en el seno de María, su madre, al rey de todos los astros, la estrella mayor, el sol de justicia. 

La ciencia, apoyada en nuestro tiempo por la tecnología, supone un gran avance, sin duda: Pero siempre nos preguntamos si esos avances llevan al éxito final del encuentro con Dios. 

Stephen Hawking siempre se declaró incrédulo respecto a esa presencia de Dios en la  vida del hombre, como principio y fin de su vida.

¡Ojalá en su último salto "cuántico", el salto de la muerte,  haya tenido éxito y se haya encontrado con su Creador y con los Reyes Magos, quienes quizá quisieron hacerle este gran regalo!