Juan Pablo II, Faustina Kowalska y la Misericordia


El Señor de la Divina Misericordia acompañado de los dos grandes propagadores de su devoción, Faustina Kowalska y Juan Pablo II, ambos santos y polacos.







Como hoy es la fiesta de la Divina Misericordia, se expone a continuación un mensaje de la Madre de Dios a santa Faustina Kowalska, sin ningún comentario adjunto, pues, de entre los cientos de revelaciones particulares concedidas esta monja polaca (1905-1938), este reviste particular importancia, dados los tiempos que corren.

"¡Oh, cuán agradable es para Dios el alma que sigue fielmente las inspiraciones de su gracia! Yo di  al Salvador del mundo. En lo que a ti concierne, tienes que hablar al mundo acerca de Su gran misericordia y preparar al mundo para Su segunda venida, que vendrá, no como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo. ¡Oh, qué terrible será ese día! Está determinado el día de la Justicia, el día de la ira divina. Los ángeles tiemblan ante ese día. Habla a las almas de esa gran Misericordia. Si te mantienes en silencio ahora, tendrás que responder por un gran número de almas en ese día terrible. No temas nada. Sé fiel hasta el final. Yo simpatizo contigo" (635).

Sí, desde luego, todavía hay tiempo. Y de Polonia "saldrá la chispa que preparará al mundo para Mi venida final" (1732), le dijo Jesús a Faustina al final de su vida.

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