Razones tiene el corazón...


Érase una vez. Blaise Pascal (1623-1662), francés fue de todo: matemático, físico, filósofo y  teólogo católico..., si bien jansenista de religión. Sus contribuciones a la ciencia, notables, así como al diseño y construcción de calculadoras. Su obra más conocida, Pensamientos.

En esta obra nos dice que es el corazón el que siente a Dios, no la razón: eso es de lo que se trata la fe, añade. Dios sentido por el corazón, no por la razón. De ahí Pascal deriva la famosa sentencia: "Razones tiene el corazón que la cabeza no entiende". 

Pero al revés también es cierto: el corazón no ve asuntos claros para la razón, como serían muchos de los argumentos científicos. 

Creo que cuando nos despegamos de la realidad del hombre como uno, en donde las diferentes potencias aportan a su manera lo que les es propio, dejamos de ver la unidad y surge el separatismo por falta de modestia, de aceptar las cosas y las personas como son.

Cuando encontramos un mínimo de oposición entre fe y razón, en un sincero creyente que es al mismo tiempo un verdadero filósofo, nos diría E. Gilson, "algo pasa con su filosofía". Me atrevería a añadir que cuando el hombre deja de ver, de percibir, lo bueno de cada cosa, entonces se echa por la borda éso que hace la diferencia, lo peculiar de cada persona, de cada cosa.

Por la razón conocemos que algo es verdad  porque "yo veo" que es verdad, continuaría Gilson. Pero yo creo     que algo es verdad, porque Dios no lo ha dicho. Por tanto, las dos facultades asienten de distinta manera lo propio de la ciencia y de la fe.

La falta de delicadeza, de modestia, al referirnos a lo demás lleva a confundir la realidad, y las exigencias de cada faceta, como ocurriría con lo debido a la "ley moral" y a la "libertad", por ejemplo, en la conducta personal y social.

El lenguaje es para hablar de las cosas a las personas, pero si confundimos las cosas o as quitamos de en medio, entonces nos quedamos sin habla, sin saber qué decir. El punto de partida es siempre del lenguaje es la realidad. Y en el diálogo se manifiesta la búsqueda de la verdad.




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