Aún no es primavera, pero hoy celebramos a san José

Muerte de san José

La estación de primavera comienza el día 21de marzo, y aún nos quedan un par de días. Esta fecha se celebra de diversas formas en distintos países. En México, por ejemplo, en la región maya, península de Yucatán, se reúnen junto a las pirámides personas venidas de diferentes puntos del país y del extranjero (se calculan que unas 25 mil) para coincidir justo con el cambio de luz a causa de la entrada de la nueva estación. Las sombras se proyectan en el vértice  de las pirámides de forma especial en ese día, que fueron diseñadas por los arquitectos y astrónomos mayas para que la luz y las sombras escalaran de forma especial, en el caso de Chechén Itzá,  desde la altura (24 metros) hasta la base de 55 metros de ancho, precisamente cuando la noche dura igual que las horas del día (equinoccio, un fenómeno que se puede observar varias fechas (del 19 al 23 de marzo).

Pero el gran día este año es el martes, fiesta de san José, una fiesta cuyo auge señalan algunos, se da en el siglo XVI, con la devoción asidua de santa Teresa de Jesús. Ella, nos cuenta, consiguió cuanto quiso de la mano de este santo Patrón, desde las cuestiones más materiales hasta lo más recóndito de la vida interior. La santa acudía a él buscando ayuda en un diálogo continuo y recomendaba hacer lo propio en nuestro caso provocándonos con gracia acudir a su intercesión. Y le puso el nombre de san José al primer convento que la santa pudo construir en Ávila.

Siendo José quien mejor acompañado estuvo en la tierra, con una esposa no superada por santo alguno en santidad, belleza y poder delante de la Trinidad, teniendo delante desde la cuna al Hijo de Dios, Jesús, goza hoy de poder obtener todos los favores  que se le quieran pedir mediante un solo gesto de súplica a su esposa, a su hijo, y me atrevería a unirme a este querido intercesor el día de mañana especialmente pidiendo por las necesidades de la Iglesia, de la familia ---tan necesitada de especial ayuda---, y por toda suerte de vocaciones tan urgentes, a quien es el patrón de la Iglesia.

Espero que san José no se moleste.



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