México y lo ambiguo: abrazos como defensa contra los narcos

Lo ambiguo en política, lastra el funcionamiento de México.

El presidente de México, López Obrador, dice: Abrazad a los narcos; no se combate la violencia con violencia. Esta estrategia no convence ni siquiera a los maleantes y se tal apuesta se ha hecho viral tanto en México como en Estados Unidos.

No estamos aquí para juzgar el rol presidencial en su "lucha" contra los carteles de la droga y el crimen organizado. El problema reside en la falta de resultados de su estrategia. El crimen sigue aumentando, las víctimas lo son con independencia de edad, condición y sexo.

Las autoridades gubernamentales parecen niños malcriados, a juzgar por las respuestas dadas a la opinión pública para explicar su rotundo fracaso: Es que, es que, es que: me dejaron el país en muy malas condiciones, alegan.  Es que son gente muy mala. Es que todavía no es tiempo de dar resultados...Siempre hay alguna excusa para justificar la inoperancia en los asuntos relativos a la convivencia social.

Mientras, los crímenes, secuestros, robos, atropellos no cesan de aumentar en todo el país. Un presidente no tiene por qué dar explicaciones; tiene que dar resultados. Y como no los da, debería marcharse por no saber, no poder cumplir con lo prometido. 

Si quiere besar a los hampones y criminales, allá él con sus gustos. Pero cuando los ciudadanos carecen de seguridad debido a la falta de eficacia con el deber primario, elemental, de un gobernante, es tiempo de irse con la música a otra parte. Como deberían hacerlo los Castro, los Evo Morales y los Maduro.