¿Ser científico equivale a manipular la vida de un nonato?

Da casi miedo ser "científico", especialmente si se encargan de la "vida".

Es el caso de Marta Shahbazi, bióloga. Educada en la Universidad Autónoma de Madrid, trabaja en Cambridge. Lo de siempre: una bióloga que no sabe qué es la "vida". Todo se reduce a cuestiones cuantitativas de "tiempo" y de "tamaño".

Es decir, todo cabe dentro de los parámetros "materialistas", y con ese criterio no está en condiciones de entender de qué se trata cuando ella saca a relucir el tema del "alma". Por lo menos este asunto le plantea un problema a sus concepciones de experta en un "ser humano". Veamos.

A la bióloga la entrevista un veterinario. Pregunta clásica: Si un embrión de 14 días es un ser humano. Respuesta: La cantidad de tiempo se fija en 14 día porque es límite aceptado por la comunidad "científica"; podría ser más. En ese lapso se puede manipular el embrión. No es un "bebé", es algo muy pequeño, como un "grano de arena". La bióloga expone que hasta ese tiempo de dos semanas, el embrión todavía se puede dividir y formar  gemelos.Si así ocurriera, no sabríamos si habría un alma o dos.

Viene a decir en esta respuesta simplificada, sin faltar a la esencia de lo que trata de decir, varias cosas. Una, el "tamaño" del embrión antes de las dos semanas, permite todavía su manipulación, pues no es un bebé. Se le considera un "individuo" a partir de los 14 días, puesto que así lo han determinado quienes investigan como científicos. Por supuesto, esta comunidad no ve mal alguno en la práctica del aborto antes de ea fecha; después, se callan.

Segundo, vale la pena manipular los embriones antes de las dos semanas debido a lo mucho que se aprende de esas investigaciones. Además, se usan embriones "sobrantes" provenientes de las clínicas de fertilidad, pues, de cualquier modo estaban destinados a perecer, dice la bióloga.  Es decir, el fin justifica los medios. 

Tercero, como es tanto el conocimiento adquirido en esas investigaciones, la bióloga prevé que en un futuro próximo, se amplíe a tres semanas el "tiempo" para investigar los embriones.

Cuando las consideraciones sobre el ser humano todo se reduce a criterios cuantitativos, el concepto de persona, el alma y su creación divina, la trascendencia desaparecen de escena. Entonces el hombre puede manipular a esa persona humana a capricho, sin rendir cuentas a nadie...en esta vida.

La pobreza en la formación de los científicos es lamentable. Tanto estudio, y se pasa por alto lo esencial de la persona: su dimensión espiritual, pues no se somete a la cantidad.

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