No claudicar: esperar, esperar siempre contra toda esperanza







La esperanza forma parte de la libertad. Y cuando ya no se espera, la "soledad" irrumpe en la vida, atenazándola, suprimiéndole la libertad pues ya no hay donde elegir. Como si fuera el preludio de la muerte.

Blanca Fernández Ochoa, de 56 años,  ha sido encontrada por fin en unos riscos  cercanos al Pico de la Peñota, cercano a su pueblo, sin vida, tras varios días de búsqueda. Su cuerpo ya descompuesto. Se la reconoce por la indumentaria.

Cercedilla, su pueblo desde la infancia, la Comunidad de Madrid, España entera, se han conmovido con el hecho. Su fama viene desde la obtención de una medalla de bronce en las Olimpiadas de esquí, siguiendo así el camino de su hermano, quien obtuvo una presea de oro en la misma justa. 

Su hermana asediada por los periodistas, muestra su tristeza porque "ya no está" con ella. No le importa cómo ha muerto, dice. Pero saber las causas es de primera importancia para los media. También para los forenses.

La vida privada de esta señora era pública. Su fama bien adquirida convivió con sus dos matrimonios y sus dos hijos. Vivía con su hermana. Deprimida. No tenía ni un céntimo en su cuenta.

Ahora nos sorprenden con la muerte del cantante Camilo Sesto a sus 72 años. Su vida oculta deslumbra sin embargo en la letra y la voz de sus canciones. Ese "amor" tan cantado, no permaneció en su vida. La "soledad" le acompañó durante sus últimos años, a pesar de su "fama". Algo similar a la vida de Blanca Fernández durante la última etapa de su vida. Camilo, con el hijo de sus amoríos con una mexicana, a quien le prometió que nunca se iba a casar. Convivieron un tiempo, pero enseguida se coló en su relación el que lo "divide" todo.

Tampoco en este caso se habla en los chismes de la prensa, nada relacionado con un funeral;  sólo de sepelio y cenizas. Muchos de sus fans hicieron cola para verlo en   la sede de la SGAE en Madrid, durante el lunes.

En ambos casos destaca, la presencia de la "fama" en sus vidas; el fracaso del "amor" en sus relaciones; y la ausencia de la vertiente de lo "religioso" en su final. Es decir, la "fama" es compatible con la "soledad", el "desamor" y el "vacío interior".

Esperamos de veras, contra toda esperanza, que descansen en paz. San José es el santo que nunca falla.





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