¿Qué está pasando en el mundo?







Salir a la calle es una opción para calar un tanto de lo acaecido en el mundo por medio de las comidillas sueltas en las reuniones informales. La exposición a los media, da también cierta información de los sucesos más llamativos en el ámbito local, nacional o internacional.

Con cierta frecuencia, sin embargo, la ideología sustituye al análisis en los informes publicados; entonces, se oscurece la realidad. No hay manera de conciliar las diferentes presentaciones, tan contaminadas de escoria ajena a los hechos.

Al final, surge la pregunta cotidiana: ¿Qué esta pasando de veras en el mundo? Si se entabla una conversación con amigos, compañeros de trabajo o en los encuentros casuales de café, se tiene la impresión de estar viviendo en mundos ajenos a los del interlocutor.

Excepto --hay siempre excepciones-- cuando se tiene la oportunidad de conversar, abierto, sin pretender  exhibir un perenne  contubernio con la "diosa razón". Cuando tal cosa ocurre, el impide el diálogo o se desactiva. 

El mundillo del relativismo va alcanzado cotas increíbles, y se aparece el fantasma del escepticismo en varios órdenes de la vida. Si uno es católico, afirma no creer en nada. Si un país pertenece a Unión Europea, una mayoría de sus ciudadanos  quisiera salirse de ella. Si atendemos a las empresas, existe un continuo flujo de evasiones fiscales, y las personas físicas, no cantan mal las rancheras a juzgar por los reclamos del  fisco a los "ronaldos", "messis" y compañía. Si se quiere saber la verdad de los incidentes en Arabia Saudí sobre la desaparición del periodista Jamai Khashoggi resulta casi imposible acceder a datos fiables. Y cuando los internautas extraen de las redes sociales información sobre la salud, la mentira se enseñorea en las entradas sobre el cáncer, por ejemplo, si bien dos tercios de los españoles se informan sobre la sanidad en Internet.

Por no entrar en el mundo de la "ciencia" donde se quieren encontrar los antecedentes de la vida en la "forma" de las rocas de Groenlandia con una antigüedad de 3,700 millones de años, pero desmentido por las investigaciones recientes donde los pretendidos seres vivos eran "sólo" rocas deformadas, y se debe dar prioridad a los hallazgos de Australia, hace 3,450 años.

La única vida, perdurable, la vida a continuación de ésta, verdadera vida,  era la manera de santa Teresa de acallar al diablo cuando le venía con  ataques sobre su "pasado". Le solía responder: Tú piensa sobre tu "futuro". 

Pero, este tipo de consideraciones no suele salir a flote ni en el mundo de las conversaciones personales ni en los reportajes de los media. Por eso, sin conceder su sitio al relativismo ni a las ideologías, exponemos aquí estas ideas. 

Vale, de vez en cuando, darse una vuelta por las primeras páginas del Génesis. Es ameno y, sobre todo, es verdad cuando distingue entre lo temporal y lo eterno.








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