La Virgen del Pilar: patrona de la Hispanidad

Cuando se admiran las doce torres de la Basílica del Pilar en Zaragoza, se constata también la fe de quienes, durante siglos, emprendieron y concluyeron una obra producto de la fe gigantesca de un pueblo, que, desde la llegada de Colón a las tierras de América, precisamente en esta fecha del 12 de octubre en 1492. 

Han ocurrido desde entonces muchos hechos sobresalientes. Quizá el más relevante consiste en ese hacer preservado la fe católica durante más de 500 años, un hecho luego reforzado por la presencia de la Virgen de Guadalupe en tierras de México, en 1531. A este suceso se refiere Octavio Paz desde sus creencias informes (si bien murió pidiendo la recepción de los sacramentos), para demostrar la unidad de los pueblos de Hispanoamérica. 

Es un motivo para celebrar siempre el invocar la unidad. La unidad procede del bien y es un bien. La "división", no importa dónde, es algo "maligno".

Entonces, mañana, 12 de octubre, es un gran día para celebrar ese encuentro de culturas, a pesar de los dispendios ocurridos en el proceso. Pero, el resultado final, va más allá de las culturas, conservadas muchas de ellas en los aspectos esenciales, y se sitúa a las personas de los pueblos a uno y a otro lado del Atlántico, como iguales ante Dios y ante los hombres.

En ocasiones se puede pasar por alto, un detalle acerca de la Virgen del Pilar. Se apareció, según la tradición, al apóstol Santiago, el hermano de Juan, cuando todavía ella vivía, debido a las dificultades del hijo del Zebedeo en su predicación ante el pueblo Ibero. Como resultado de esta predicación, se ponen las bases para el establecimiento del cristianismo, duradero hasta el día de hoy. 

La que abrió las puertas de la evangelización en España mientras vivía en Palestina, abrió también las puertas al cristianismo en América. María no deja de lado a sus hijos.







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