¿Es bueno conversar por el camino?

Pensar  "yo, mi, me conmigo", implica un encerrarse en sí mismo, a costa del prójimo. El "tú" apenas se conjuga, excepto para obtener alguna ventaja personal. 

Cuando este círculo de indiferencia se va ampliando, el núcleo envuelto en este caparazón se suele ir pudriendo; se corrompe. Estamos hechos, en general, uno para el otro.

En teoría todos deberíamos ser capaces, después de conocernos un poco, de abrirnos a los demás, olvidándose un tanto de sí mismo. Al fin y al cabo vamos caminando por el mismo camino y tenemos todos el mismo fin. Es similar a recorrer el "Camino de Santiago", tan popular estos días: hay muchas formas de hacerlo y se puede llegar al fin desde diversos lugares y con diferentes ritmos. Sin embargo no todos desean andar ese "camino".

Por esa razón vale la pena entablar conversaciones sobre estos y otros asuntos, cruciales en nuestra vida. Resulta ser una maravilla poder interactuar con nuestros semejantes mientras se recorre el camino y conocer las experiencias de los otros. Veremos en seguida cómo podríamos ayudarnos unos a otros al descubrir la gran dignidad de cada uno.

Qué distinta es este enfoque al de un programa de la televisión española donde los anfitriones e cantidad no menor a seis, se dedican a quitar el pellejo a sus semejantes, en especial, a los del mundo de la farándula. Cada quien hace gala de poseer  datos venidos de fuentes "muy" exclusivas, y dan verdadero asco los temas, el desprecio y la falta de sensibilidad y respeto con las personas traídas a colación en sus  comidillas durante horas, cada día.

Un problema surge por las redes sociales. La gente, sobre todos los jóvenes,  intercambia más imágenes y se reducen los textos. Estamos viviendo en un mundo de "fachadas". Pero la realidad tiene más relación con lo "interior" del hombre, más allá de cómo luzca.

Para lograr este encuentro humano debemos dedicarle tiempo. No trata de llenar un cuestionario ideado por alguna firma comercial de marketing. Se trata de conocerse, de lograr si es posible, con el tiempo, una amistad duradera.

Y la amistad es una de las mejores cosas de este mundo.









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