Per aspera ad astra (un recuerdo de Carlos Llano)






Era Carlos Llano, fundador de la Universidad Panamericana en México en 1968 y del IPADE, la escuela de negocios más prestigiosa del America Latina, una versión del IESE español, con  anclajes en la Business School de Harvard. De esto hace ahora medio siglo.

A la mitad de la década de 1980, Carlos Llano visitó  Monterrey y pudo impartir una conferencia a los padres del centro educativo Liceo de Monterrey. La conferencia quería exponer la necesidad de vivir en familia las virtudes humanas. Y para desarrollar el tema eligió  el lema latino:  Per aspera ad astra. 

Desde los tiempos de Séneca, su probable autor, contemporáneo de Cristo, son innumerables las instituciones académicas y militares del mundo cuyo espíritu parte de esta frase, y al traducirla revela su atractivo: "A través de las adversidades, hasta las estrellas". Incluso un cardenal ucraniano Josyf Slipyj  (1892-1984), lo tuvo como lema en su escudo episcopal.

Gran tema. Lo inalcanzable, según la  promesa  de esta frase, se puede conseguir: llegar hasta las estrellas, es decir, a la santidad. Algo imposible para el hombre, pero "para Dios todo es posible". Se resumen así en este lema todas las sinuosidades de la vida. Las dificultades, siempre presentes, son la ocasión para crecer e ir más allá de nosotros mismos. 

Se puede, efectivamente, llegar a conquistar las estrellas si, y sólo si la persona se va venciendo, libremente, en esos pequeños actos tendentes a lograr un poco más de fortaleza, aunque, no siempre salgan las cosas a la primera. Sí, la paciencia debe ir acompañando a esos esfuerzos, muy parecidos a los realizados por un deportista en cualquier disciplina. 

Sí, "os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al Maligno", dice Juan en su primera Carta (1, 13) poco antes de su partida de este mundo: "..sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros" (1, 14), y no se dejan arrastrar por "la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la arrogancia de la vida" (1, 16). Tampoco se dejan seducir por "los engaños" y permanecen en Dios, como verdaderos hijos suyos.

En fin, este último apóstol, el predilecto del Señor, habla al final de sus días poniendo énfasis en la caridad, como fundamento de la vida cristiana. "Hijitos" --les dice-- "esta es la última hora" (1, 18). 

Y junto a ellos, nos habla también a nosotros: la santidad es posible y está a la vuelta de la esquina. Per aspera ad astra. La vida de Carlos Llano es un buen ejemplo de una elección sensata.

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