Pueblo judío, Islam, católicos y Barcelona

"No exterminaron a los pueblos
como el Señor les había mandado;
se mezclaron con los paganos
e imitaron sus costumbres".

Estos versos de los Salmos han llegado hasta nosotros y rememoran la historia del pueblo de Israel durante los años de travesía en el desierto. Sin embargo, la Escritura son palabras de Dios para ayer, para hoy y para siempre.

Si estos versos de Yahvé caen en manos de las facciones radicales del Islam, podrían interpretarlas como un aviso para no repetir los errores de antaño, y cumplir de una vez con el deseo de Alá de "exterminar" a los pueblos (Occidente), y no integrarse jamás con los "paganos" ni "imitar" sus "costumbres".

Tanto el Islam, como el pueblo judío y los católicos tienen un solo Dios. Las tres son religiones monoteístas y seguidoras de la Sagrada Escritura, con más  o menos fidelidad, con más o menos adherencias a sus textos originales. Quizá las tres hablan de un solo Dios, pero no del mismo Dios.

Y sigue Yahvé diciéndonos:

"...rindieron culto a sus ídolos,
que fueron para ellos una trampa.
Sacrificaron en honor de los demonios
a sus hijos y a sus hijas".

Estos versos nos traen a la memoria los crímenes más recientes cometidos por Isis (Daesh) y sus facciones en diferentes latitudes, donde las víctimas de familias indefensas han sido sometidas a todo tipo de violaciones, esclavitud y muerte.

Por eso, continúan las palabras de Yahvé:

"Se mancharon con sus acciones
y se prostituyeron con su mala conducta;
por eso el Señor se indignó contra su pueblo
y abominó su herencia".

(Salmo 106 (105), 34-35.36-37.39-40.43ab.44)

El Dios del Antiguo Testamento no es otro distinto del Nuevo Testamento. Jesús nos recuerda la validez de esa "palabra" y de su cumplimiento hasta su "última tilde". No en vano se recitan estos textos en la liturgia diaria de la religión católica. Y no sólo en un pasaje suelto; se vuelve a insistir en la "indignación" del Señor cuando sus elegidos lo dejan de lado para irse en pos de otros "ídolos", tal como nos revela en libro de los Jueces (2, 11-19).

"Abandonaron al Señor, el Dios de sus padres...; fueron detrás de otros dioses de los pueblos vecinos y se postraron delante de ellos, provocando así la indignación del Señor"... "los entregó a los enemigos que tenían a su alrededor y no pudieron oponerles resistencia".

Quizá estos pasajes sirvan para reflexionar un poco acerca de las acciones narradas por los media en sus primeras páginas. Por supuesto, no se puede tomar "a conveniencia" algunos fragmentos de las Sagradas Escrituras para usarlos "a conveniencia". Se debe ver, citar, pero sin perder de vista el conjunto. Y las ideas expresadas aquí se repiten una y otra vez en los textos sagrados.

Pero no es menos cierto que la  sociedad no va a seguir funcionando igual cuando hemos sacado a Dios de la vida diaria, no teniéndolo en cuenta en cada una de las acciones: Será imposible entonces el amor al próximo, porque ya no se ama a Dios.

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