Las mujeres responsables, ¿prefieren estar en casa? La ONU dice no

Esta bofetada pretende ser la de una madre de familia a un representante de la ONU por meterse en los asuntos que no le incumben.





¿Las mujeres al hogar? Ellas así lo prefieren. Por ejemplo, en Holanda, país que goza de todo tipo de libertades, sólo un 3% de las edades comprendidas entre los 12 y los 25 años, confiesa querer trabajar a tiempo completo cuando tengan hijos.

Pero, la ONU empuja a los gobiernos para que las empresas creen "cuotas" de presencia femenina en "puestos responsables".

¿Qué quiere decir un "puesto de responsabilidad"? Se quiere entender en ciertos círculos  como un "puesto directivo". Parecería que, de nuevo, la "serpiente" quiere seducir a la mujer con el fruto fatuo del trabajo fuera del hogar, para que por fin sea como "diosa". De esta manera, se olvidaría de la grandeza de su encomienda siendo fecunda y multiplicándose (Gen 1, 28), al hacerse "una sola carne" con su marido (Gen 2, 24). Por eso, cuando la mujer no acepta este plan divino, se da cuenta inmediatamente de su desnudez (Gen 3, 7).

Esta es una de las mayores afrentas jamás oída contra  una madre de familia. Decirle a una mujer que para ser responsable, debe abandonar el hogar y laborar en una empresa, no tiene nombre. Se descarta de un plumazo el quehacer milenario de las mujeres de todo el mundo, comprometidas con la crianza de los hijos y la atención del hogar, haya o no vástagos de por medio.

Hoy los "gobernantes de la tierra" parecen seguir los dictados de la gran ramera,  (Sal 2, 10), en todo lo tocante al matrimonio, familia, crianza y educación de los hijos, trabajo y costumbres sociales, aunque ello suponga el desmantelamiento de una cultura ancestral.

¡Qué lejos nos vamos quedando de la alegría de concebir un hijo! Y más lejos todavía de la de ir a felicitar a quien es depositaria de esa gracia. 

Por lo menos, las chicas holandesas tienen más sentido común que su gobierno, dispuesto a obligar a las empresas  a una "cuota" de mujeres directivas, es decir, en "puestos de responsabilidad".

La injerencia del Secretario General de la ONU,  Ban Ki-moon con la familia, institución en donde carece de autoridad alguna, excepto la concedida por los corifeos de los media siempre en su continuo "afán de novedades", si bien lejos tantas veces de la verdad de las cosas. 

Esta es una prueba más de  intromisión gubernamental en la intimidad de los hogares, de la familia. Se desbarata así el conocido principio de subsidiaridad por el que la unidad mayor de una sociedad se inmiscuye en la menor sólo para favorecerla, y nunca contra su voluntad y los fines propios de una institución a la que se debe servir por ser la piedra basilar del orden social.

Da la impresión de que estamos viviendo unos tiempos  donde  los gobiernos se echan en los brazos de  esa organización pantagruélica llamada ONU,  como si fuera "la gran ramera que fornica con los reyes de la tierra" (Apoc. VII). De esta manera  ofrecen a sus mujeres "puestos de responsabilidad" en cometidos, sin duda  nobles, pero fuera de los hogares. España, por ejemplo, ha enviado a Colombia más mujeres como observadores ¡que la solicitadas por la ONU!

La falta de hijos, este invierno demográfico que estamos viviendo, erosiona, por ejemplo, los fondos de pensiones de los países, y que, además, lo fondos destinados a la seguridad social se tendrán que ir compartiendo con el continuo flujo de inmigrantes en los países europeos.

En fin, si queremos que los países funcionen, debemos cuidar a la mujer, como si fuera la niña de nuestros ojos, pero no según las propuestas de la ONU. Y, sobre todo, esto no significa en absoluto que la mujer no pueda dedicarse a un trabajo profesional. Significa que el hogar es un puesto de responsabilidad de primer orden.